El 8 de febrero de 1928, coincidiendo con la Conferencia de Cancilleres de La Habana, llegó el aviador en su célebre avión Spirit of St. Louis a la capital cubana. Ese día fue declarado “El día de Lindbergh” y comenzaron unas jornadas de homenajes y festejos en su honor, siendo aclamado por nuestro pueblo en la Terraza Norte del Palacio, condecorado por el Presidente e invitado de honor de numerosas instituciones culturales y científicas.
El 12 de febrero de 1928, Lindbergh invitó al presidente Gerardo Machado a sobrevolar La Habana utilizando un trimotor de la Pan American Airways que diariamente transportaba la correspondencia entre Cayo Hueso y La Habana. La aeronave contaba con 12 asientos y fue preparada y engalanada para acoger al mandatario cubano, uno de los primeros gobernantes en volar en avión.
Al día siguiente el piloto partió para su país. En el fuselaje de su avión había pintado la bandera cubana junto a otras que recordaban los países que había visitado.