Fue edificio de vivienda, sede del periódico “La Marina” y el “Hotel La Leal”.
El Hotel Plaza, en La Habana, está ubicado en la Calle Zulueta No. 267, entre Virtudes y Neptuno, en una de las esquinas del Parque Central. Pero no siempre fue un Hotel, ni aun cuando lo fue, se llamó Plaza.
En 1895 se construyó un edificio de vivienda sobre las ruinas del antiguo barrio llamado de “Las Murallas”, en la zona más antigua de La Habana. Se construye entonces la mansión de la familia Pedroso, inmueble de dos plantas que solo tres años después, ya se convertiría en la oficina central del «Diario de la Marina» compartiendo edificio con el Hotel “Leal”. El terreno donde se construyó era propiedad de Gaspar Arteaga, tatarabuelo de Gertrudis Gómez de Avellaneda…
Al iniciarse el siglo XX, en 1901, es comprado por Fletcher Smith (USA) que lo amplia y remodela para servir como hotel, conservando, en lo principal, su decoración y fachadas eclécticas. La ornamentación del vestíbulo principal estaba hecha de escayola y yeso. Fletcher Smith (USA) lo rediseña según el «tipo americano», pues para la época también existía el «tipo español» y le agrega otra planta y todo el confort posible, pero no lo llega a inaugurar.
Smith vende el inmueble en 1906 a Leopoldo González Carvajal, Marqués de Pinar del Río y propietario de las marcas de habanos “Cabañas” y Carvajal” y “Larrañaga”. Es el Marqués quien se encarga de terminar el proyecto. Y el 3 de enero de 1909 lo inaugura oficialmente como «Hotel Plaza». Ya en esta época en sus portales se podía degustar el cubanísimo buñuelo acompañado de café.
En 1940 el Hotel pasa a la sociedad anónima “Hotel Plaza S.A.”… y como es anónima ya no puedo contarles nada más… En la actualidad, después de dos remodelaciones, mantiene su aspecto original.
El Hotel Plaza, por su categoría en la década de los años 20, fue visitado por distinguidos huéspedes, entre los que podemos mencionar a la destacada bailarina Anna Pavlova, el reconocido científico Albert Einsten, que recibe en este Hotel un homenaje de la comunidad judía en Cuba, y también el famoso pelotero Babe Ruth, que se alojó en la habitación 216 y que se comenta perdió grandes cantidades de dinero en sus salones de juegos..
NOTA:
¿Qué hizo que el norteamericano Fletcher Smith desistiera de su idea de convertir en hotel la casa de los Pedroso?
Cuando Carlos Miguel de Céspedes, Carlos Manuel de la Cruz y José Manuel Cortina, asociados en lo que se llamaba el “Bufete de las Tres C”, decidieron urbanizar los terrenos de lo que sería el reparto Playa de Marianao, encontraron que ese sujeto, llegado a la Isla con grados de capitán en los días de la guerra hispano-cubano-americana, era propietario de dos mansiones en el área. Quisieron los de las Tres C comprárselas, pero Smith pidió por ellas la astronómica suma de cien mil pesos, oferta que rechazaron los interesados. Céspedes entonces lo amenazó y le advirtió que se lo quitaría del camino a como fuera. Eso motivó, que el norteamericano pidiera licencia para portar armas de fuego y llegó a vérsele con pistola al cinto. Céspedes le ganó la pelea y el edificio que soñaba convertir en hotel lo vendió al Marqués de Pinar del Río.