Imagen

Primer hotel dotado en la Isla con un elevador hidráulico. Preferido por los visitantes.

El hotel “Pasaje” era un edificio de dos plantas construido hacia 1871 por la familia Zequeira y Zequeira en lo que se llama el Paseo de Martí o Paseo del Prado. Fue la primera instalación hotelera construida especialmente para este fin, ya que lo común era adaptarlo de cualquiera edificación ya existente. También fue el primer establecimiento hotelero dotado en la Isla con un elevador hidráulico.

En el siglo XIX ya La Habana recibía las visitas de innumerables viajeros, tanto del exterior como de otras partes de la Isla, pero no existían propiamente hoteles. El hospedaje estaba vinculado con las mansiones señoriales, las casas urbanas que alquilaban habitaciones y los conventos. Consta en crónicas de la época la existencia de posadas, fondas u hostales, y que los residentes en la Villa daban alojamiento en sus precarias viviendas a los visitantes. La mejora en las comunicaciones crearon condiciones para el incremento de los viajes, turísticos y comerciales, lo que conllevó a que a partir de la década de los años cuarenta, de ese siglo, surgieran algunos “hoteles” en casi todas las villas.

Su frente daba al Paseo del Prado; el fondo salía a la calle Zulueta y a lo largo del hotel, entre las vías mencionadas y con salida a ambas calles, corría una galería o pasaje cubierto con una estructura de hierro y vidrio y que daba cabida a varios establecimientos de comercio y servicio, entre estos la editorial “Flérida Galante”, de libros pornográficos. Este “pasaje” daba nombre al hotel.

Tenía la galería en sus dos umbrales sendas arcadas monumentales. De ahí que se hablara de los arcos del Hotel “Pasaje”. Esa galería cubierta, se convirtió, a pocos metros del Parque Central y contigua al teatro “Payret”, en uno de los sitios más representativos de la Habana.

En 1899, el hotel añadió 40 nuevas habitaciones, un cuarto piso, un ascensor eléctrico nuevo, y basó su estilo en las habitaciones de los hoteles americanos. El hotel se anunciaba como la única «clase alta hostelería en La Habana», con suelos y pilares de mármol en la entrada del hotel.

Albert J. Norton en su libro “Norton’s complete hand-boork of Havana Cuba”(1898) describe en detalles la riqueza tanto de los materiales empleados en la construcción del hotel, como en los utilizados para el mobiliario y las puertas y ventanas, todos de caoba. Evidentemente, sus dueños no escatimaron en lujos y encargaron la vajilla a la prestigiosa firma “Bauscher” de Bavaria, Alemania. Como podéis observar en el plato que aparece en la publicación, en el fondo hay tres imágenes detalladas en blanco y negro del hotel y una mujer con vestido de la época victoriana bajo el arco de entrada a la galería. Las palabras «Hotel Pasaje» aparecen debajo de la imagen. Hay dos líneas azules delgadas, paralelas sobre el borde interior del cuerpo blanco. ¡Todo un lujo!

Norton también nos cuenta de las excelencias en el servicio y la calidad de las comidas, donde le era posible hablar en su idioma con los empleados calificados para este fin y degustar los deliciosos helados de frutas exóticas como la guanábana, el zapote, mamey, caimito o mango.

Por todas estas razones y por sus amplias y confortables habitaciones, donde predominaba el color azul, era el hotel preferido de los norteamericanos. Fueron huéspedes de este hotel personalidades como los Generales Grant y Sherman, el expresidente Cleveland, Willian K. Vanderbilt e incluso el Conde de París.

Ya no existe este hotel. Se derrumbó a comienzos de los años 80. Yo alcancé a verlo pero ya era una cuartería, como otros hoteles de la zona, y podía preverse su colapso final…