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CUBA en la memoria

~ por Derubín Jácome

CUBA en la memoria

Archivos mensuales: marzo 2013

GITANOS EN CUBA – Mi “cúmbila”, mi “puro”… de “buten”

17 domingo Mar 2013

Posted by Derubin Jacome in CUBA EN LA MEMORIA

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El etnólogo Fernando Ortiz afirmó que Cuba era un ajiaco por la diversidad de razas y culturas que influyeron en la formación de su nacionalidad. Y tiene toda la razón, la nacionalidad cubana se ha nutrido de casi todo tipo de inmigraciones. En “Cuba en la Memoria” ya hemos comentado sobre algunas y hoy lo haremos sobre los gitanos. 

Aunque no existen investigaciones profundas sobre la entrada de gitanos a Cuba, hay autores que consideran que los primeros llegaron junto con los colonizadores, pues era frecuente que se utilizara a los gitanos presos para conformar las tripulaciones de los barcos que se lanzaban al Nuevo Mundo.

Aunque su presencia en tierra cubana se remonte a los tiempos de la colonia, según afirman los historiadores, la mayor oleada llegó a raíz de la II Guerra Mundial, cuando los nazis exterminaron, en los campos de concentración, a medio millón de seres pertenecientes a esa etnia en Europa Central.

Todo parece indicar que las migraciones masivas sucedieron en los albores del siglo XX, cuando varias familias o tribus gitanas llegaron junto a las oleadas de inmigrantes españoles que vinieron a probar fortuna. En Cuba, si bien los gitanos fueron menos discriminados que en otros lugares, también sufrieron lo suyo en este período. Hasta una ley, dictada en 1936, prohibió su ingreso a la Isla, algo que constituía un verdadero crimen, toda vez que en esos momentos muchos de ellos huían de España, donde fueron duramente perseguidos por el franquismo durante la Guerra Civil Española.

Referencias del tema en nuestra literatura las encontramos en libros como “La cubanita que nació con el siglo” donde nuestra escritora Renée Méndez Capote les dedica un espacio y también en la prensa, como en uno de los números de la revista “Carteles”, fechado en 1940, donde se publicó un reportaje que reseña cómo se refugiaron en los arrabales de la Habana de intramuros. Una de las fotos muestra sus carpas, las bellas mujeres ataviadas con vestidos típicos y los tocadores de guitarra española. Los habaneros los recibieron con una naturalidad no exenta de cierta curiosidad.

Muchos de ellos tenían la intención de utilizar a Cuba como trampolín para viajar a otros países, pero algunos se integraron, y sus descendientes encontraron en la isla, como ellos mismos expresaron, el único país donde podían vivir tranquilos.

Según diversos estudios, los gitanos o romanís son un pueblo que procede originalmente de la India, aunque ha migrado por Asia, África, América y Europa, continente donde se ha concentrado un mayor número. Los gitanos, conservan su propia lengua, pero en muchas ocasiones hablan más de un idioma como resultado de su vida nómada. Sus hijos, si bien son inscritos en el país que nacen con nombres de esa lengua, llevan por el resto de sus vidas su patronímico propio gitano.
Por encima de todo aman la libertad, respetan y son fieles hasta morir al jefe de su tribu. Son extremadamente supersticiosos.
Aunque por su condición de nómadas se podían encontrar en cualquier lugar de la isla participando como artistas en el circo, como vendedores en ferias y parrandas, o improvisando chinchales y timbiriches para la venta de mercancías elaboradas incluso por ellos mismos, existen referencias documentadas que los ubican, en otros tiempos, en algunos centrales azucareros como el Chaparra y otras regiones del oriente cubano. También en la provincia de Las Villas era frecuente ver sus campamentos, como por ejemplo, a las afueras de Camajuaní.

Pero los gitanos no solo se han dedicado a la lectura de la fortuna, el comercio, el servicio o el nomadismo. También existen entre ellos intelectuales, políticos y personajes de la farándula, algunos tan conocidos como Charles Chaplin, la actriz Rita Hayworth, el teólogo Frei Betto y hasta el mismo ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton. Quizás existan también en nuestro país figuras destacadas…

En Cuba dejaron la huella de muchas de sus costumbres. Difundieron las ferias, los carnavales, el circo ambulante -llegaron a existir 42. Hay palabras de su lengua incorporadas a la jerga de los compositores del feeling de la década de 1940 y de la actual música bailable salsera… y en los dulces: el brazo gitano.

En las artes plásticas de este período (1925-1940) sin dudas Víctor Manuel García Valdez (1897-1969) con su “”Gitana Tropical”, pequeña pintura (46 x 38 cm) pintada sobre madera y premiada en el Salón de Pintores y Escultores de 1929, al igual que en otras obras, nos representa a una muchacha mestiza, más cercana al tipo “gitana” que a la cubana. De ahí su título.

El español hablado en Cuba, como es de esperar, no pudo escapar a este influjo “agitanador”, por lo que en el habla coloquial popular de nuestro país son numerosos los gitanismos. 

Como ejemplo de ello, a continuación relacionamos los siguientes: acurdar (emborrachar) , andoba (fulano), barín (bueno), berro (cólera, disgusto), birlar (robar), bisnar (vender), de butén (de maravilla, de primera), chiva (soplón, delator), chola (cabeza), chota (soplón), chusma (muchedumbre vulgar, coba (halago, adulación), cumbila (compañero, amigo), curda (embriaguez, borrachera), furnia (cueva), garito (casa de juego), guillarse (hacerse pasar por algo distinto de lo que se es, hacerse el tonto), jamar (comer), jarana (broma), jeta (cara), jiña (excremento), jiñar (defecar), jiribilla (salero, gracia), mangar (engañar), menda (yo), pargo (homosexual), pirabear (fornicar), pirar (marcharse, irse), puro,ra (padre, madre), sandunga (donaire, garbo), sornar (dormir)…

En la actualidad existe la “Agrupación Flamenca Sangre Gitana” integrada por unas 130 niñas y adolescentes de Camagüey y dirigidas por la también fundadora Yaineris Torres Pérez, que desarrolla una interesante labor con la amorosa pasión por ese tipo de expresión cultural. Al menos yo, “el menda”, así lo considero…

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CARDENAS – Ciudad Bandera

16 sábado Mar 2013

Posted by Derubin Jacome in CUBA EN LA MEMORIA, Municipios y ciudades

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El territorio que actualmente ocupa el municipio de Cárdenas no constituyó uno de los puntos de interés inmediato para los conquistadores europeos, llegados a Cuba en las primeras décadas del siglo XVI. No obstante, la costa cardenense fue recorrida y reconocida durante el bojeo realizado por Sebastián de Ocampo, en 1509, y como parte de la empresa colonizadora de la Isla, emprendida entre 1511 y 1513 por Diego Velásquez con la ayuda de Pánfilo de Narváez.

Las primeras haciendas notables en esta jurisdicción se establecieron en Guamutas, cerca de Hato Nuevo (hoy Martí) y en San Antón de la Anegada, dedicadas especialmente al corte de maderas para los galeones de la marina española. La madera era abundante y de superior calidad. En ella se labraron los delicadísimos trabajos de ebanistería que se admiran en el monasterio, templo y palacio de “El Escorial”, cerca de Madrid, una de las obras cumbres de la arquitectura mundial.

El territorio que comprende la ciudad de Cárdenas y sus próximos alrededores fue otorgado a Don Diego de Sotolongo el 14 de Junio de 1709 por el Cabildo de La Habana debido a las influencias de su Procurador General Don Mateo de Cárdenas, y se le denominó oficialmente «Corral de San Juan de las Ciegas y Cárdenas».

La petición al Gobernador General de la Isla, Don Dionisio Vives para la fundación del pueblo de Cárdenas, fuertemente respaldada por el cubano Don Claudio Martínez de Pinillos Conde de Villanueva, y por el Exmo. Sr. Don José María Calvo O’Farril, Marqués de Villalba, más tarde Regidor de La Habana, fué favorablemente despachada, el 17 de Enero de l827, a pesar de una pequeña oposición de algunos elementos interesados por Matanzas.

Vencidas las dificultades y cumplidos los expedientes de trámite se reunieron el 8 de Marzo del año 1828. En aquella reunión quedaron aprobados los planos de las calles rectiníneas, las manzanas y solares respectivos, la ubicación de los edificios públicos, iglesia y ayuntamiento. Al fundarse el pueblo de Cárdenas se le bautizó simplemente «San Juan de Dios de Cárdenas».

La primera calle se llamó CALVO por el propietario José María Calvo; la segunda RUIZ por el hacendado Miguel Ruiz; la tercera AYLLÓN por el Gobernador de Matanzas Cecilio Ayllón; la cuarta VIVES por el Gobernador General Dionisio Vives; la quinta LABORDE por el Jefe de la zona marítima Angel Laborde; y las otras como Jénez, Cossío, Pinillos, Aranguren, Jerez, Franceses o Princesa, Obispo Espada, en recuerdo de otros tantos personajes de la época.

La plaza principal recibió el nombre de “Fernando Séptimo” por así llamarse el monarca reinante; más tarde se la bautizó con el nombre de “Parque de Colón”, así como la calle de Vives se llamó “Calle Real”, más tarde “Avenida de la Independencia” y “Avenida de Céspedes”, en recuerdo del padre de la patria Carlos Manuel de Céspedes.. pero todos le llaman Calle Real.

No se comienzan las gestiones para la construcción de la Parroquia de Cárdenas hasta el 1835. En 1843 la Junta de Fomento de la Habana rechaza unos planos presentados para la fabricación del templo, por creerlo pequeño en vista de la grandeza que iba alcanzando Cárdenas. Reunida gran parte de los materiales y del dinero necesario, se procedió a la bendición y colocación de la primera piedra el 6 de Junio, 1844.

A Cárdenas se le conoce también con el nombre de “Ciudad Bandera”, ya que en mayo de 1851 desembarcó el general Narciso López portando la que sería tomada en la Asamblea de Guáimaro del 10 de abril de 1869 como la enseña nacional de Cuba.

E1 17 de Febrero de 1867 publicaba la Gaceta Oficial de La Habana una Real Orden en que se eleva a la enaltecedora categoría de «Ciudad» a la que hasta entonces era la Villa de Cárdenas. En 1899 era Cárdenas la sexta ciudad de Cuba, con una población de cerca de 22,000 habitantes, pero su crecimiento durante el periodo republicano fue más lento. En 1953 era de 44 000 habitantes. Durante los últimos años de la república, Cárdenas retuvo su posición como ciudad industrial y comercial y fue puerto de embarque de veinte centrales.

Llamada también “Capital de las Primicias” cuenta dentro de su historia con la existencia de más de cien primicias, entre las cuales destacamos:

1585. Se funda por la familia Recio, con varios hatos y corrales ubicados en la zona de Cárdenas, el primer Mayorazgo Cubano y hasta donde se sabe, el primero de América Latina.
1847. Se funda por el sabio naturalista alemán Juan Cristóbal Gundlach, en las inmediaciones de Cárdenas, el primer Museo de Historia Natural de Cuba.
1850, 19 de mayo. Se iza por el General Narciso López y sus hombres, por primera vez en Cuba, en el Edificio La Dominica, la Bandera Cubana.
1862, 26 de diciembre. Se inaugura por Gertrudis Gómez de Avellaneda, su esposo y otras autoridades coloniales la primera estatua al Almirante Cristóbal Colón develada, pública y solemnemente, en América Latina.
1882. Se funda en la Ciudad el primer colegio Médico – Farmacéutico de la Isla.
1889, 7 de septiembre. Se inaugura el primer servicio público de alumbrado eléctrico de Cuba.
1884, Mayo. Comienza a funcionar en Cárdenas la primera Refinería de Azúcar que funcionó en el país.
1894, 25 de noviembre. Se establece en la Ciudad por el Dr. Fernando Méndez Capote la primera Clínica Ginecológica cubana.
1900, 22 de abril. Se inaugura en Cárdenas el primer Mausoleo dedicado a los Mártires de la Guerra de Independencia construido en Cuba en una plaza pública.
1918, 20 de mayo. Se inaugura en Cárdenas, para albergar las colecciones del Museo y Biblioteca Pública de la ciudad, el primer edificio construido para Museo en el país.
1936. La cardenense Rosa Amelia Toledo se convierte en la primera mujer en ocupar un cargo de concejal en Cuba.
1945 se realizan todas las pruebas requeridas para la obtención de la certificación y licencia otorgada por la Federación de Aeronáutica de Cuba al primer Planeador diseñado y construido en Cuba.

Cardenenses destacados son muchos, pero baste mencionar nombres como los doctores Domingo y Fernando Méndez Capote, el historiador Oscar M. de Rojas, los intelectuales Emilio Bobadilla (el famoso Fray Candil de Las polémicas), en el arte Conrado Massaguer o Armando Maribona o Carlos Miguel de Céspedes que llegó a vicepresidente de la República.

Imposible resumir en un publicación toda la grandeza que guarda la historia de esta ciudad, por algunos llamada: la Barcelona de Cuba.

CHAM BOM-BIÁ No te salva ni el médico chino…

16 sábado Mar 2013

Posted by Derubin Jacome in CUBA EN LA MEMORIA

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Aunque esta frase realmente surge por Cham Bom-bia, botánico chino que alcanzó gran popularidad a finales del siglo XIX en nuestro país, en realidad hubo más de un médico chino en nuestra historia.

El primero del que existen referencias acreditadas es Kan Shi Kom que disfrutó de gran prestigio a mediados del siglo XIX en La Habana, donde residía en la calle Rayo esquina a San José y que a su muerte ocurrida en 1885 le siguieron unos funerales con gran pompa que fueron comentados en toda la ciudad.

También en Santiago de Cuba, otro médico botánico chino de nombre españolizado Don Domingo Morales, en la última epidemia de cólera en nuestro país (1867 – 1872) trataba a sus pacientes satisfactoriamente con masajes en las regiones axilares, práctica médica china recogida en una obra clásica del siglo XVI el “T’uei na pi kieu, o Tratado de los Masajes”.

Destacado también lo fue Liborio Wong, médico botánico de agricultores chinos en las cercanías de Manzanillo. Wong, cuyo verdadero nombre era Wong Seng, se incorporó al Ejército Libertador desde comienzos de la contienda y se destacó como capitán ayudante del Mayor General Modesto Díaz, con quien combatió valientemente y cuando se llevó a cabo el Pacto del Zanjón, fue de los que salvó el honor de Cuba, al mantenerse junto a las fuerzas del Mayor General Antonio Maceo en la Protesta de Baraguá, por lo que fue considerado un héroe de la Guerra de los Diez Años (1868 – 1878).

Aunque muchos otros chinos que se destacaron en la cura de enfermos mediante el uso de plantas curativas, el motivo de esta publicación es sin dudas Cham Bom-biá, quien ha trascendido a nuestro imaginario popular, por ser el más conocido de todos los que ejercieron esta “profesión” y del que ha quedado en nuestro folklore la frase “No le salva ni el Médico Chino”.

Llegó a La Habana en 1858, con un contrato para realizar trabajos agrícolas en la localidad de Coliseo, en la provincia de Matanzas. No obstante, se las ingenió para continuar sus estudios hasta graduarse de Doctor en Medicina y de inmediato comenzó a ejercer como médico rural en el mismo lugar donde antes hacía sus labores en el campo.

Se le describe como “hombre de elevada estatura, de ojillos vivos y penetrantes algo oblicuos; con luengos bigotes a la usanza tártara, larga perilla rala pendiente del mentón y solemnes y amplios ademanes subrayando su lenguaje figurado y ampuloso” Vestía como los occidentales con una holgada levita de dril, pues en aquella época no se concebía en Cuba al médico sin chistera y chaqué.

Cham Bom-biá, perteneciente a la etnia Jaca, del sur de China, como tantos de sus compatriotas, agregó a su nombre el patronímico cristiano de Juan. Por el expediente promovido para adquirir la ciudadanía hispana en 1860 sabemos que tuvo residencia constante en la Isla desde que en 1854 se le concedió carta de domicilio en La Habana.

Acosado por denuncias de ejercicio ilegal de la medicina se traslada a Matanzas, con consultorio en la calle de Mercaderes esquina a San Diego en cuya ciudad ejerció con no menos popularidad que en La Habana. Una nueva acusación hace que en 1872 se traslade a Cárdenas, por ser esta ciudad en aquella época asiento de un gran número de chinos, lo que le garantizaba una mayor aceptación.

En Cárdenas, Perla del Norte, estableció su hogar donde tenía su propio dispensario para elaborar los medicamentos, aunque también se los confeccionaban en una farmacia china que existía en la Tercera Avenida número 211, en dicha ciudad.

Su domicilio era muy cercano al antiguo cuartel de Bomberos, en las calles Coronel Verdugo equina a la Avenida de Vives. En Cárdenas realizó curas maravillosas de enfermos desahuciados por médicos de fama de aquella ciudad y de La Habana, devolviéndoles a muchos de sus clientes la salud, la vista, el uso de sus miembros. Falleció solitario en su propio domicilio, por lo que se hicieron conjeturas de que había sido envenenado por los familiares de un enfermo desafortunado, mientras otros alegaron el suicidio.

Fué el más conocido de los médicos botánicos chinos en Cuba. Su verdadero nombre era Chang Pon Piang, pero según los historiadores Roig de Leuchsenring y Portell Vilá, el habla popular cubano lo transformó en Cham Bom-biá que su significa en castellano “Sol Amarillo”.

Puede ser considerado, más que como vulgar curandero, como un notable hombre de ciencias de amplia cultura oriental, que mezclaba sus profundos conocimientos en la flora cubana y china, como sabio herbolario que era, con los adelantos médicos occidentales. No obstante, en Cuba se conformó una tradición propia en el uso de las plantas medicinales, que alcanzó su máxima expresión en la persona del sabio Juan Tomás Roig Mesa.

En el ejercicio de su carrera actuaba con absoluto desprendimiento, cobrando honorarios a los ricos, y conformándose con decirles a los pobres: “Si tiene linelo paga pa mí. Si no tiene, no paga”

Y nos deja también el conocido estribillo:
“Chino manila –Cham Bom–biá: Cinco tomates por un reá”

ALQUIZAR Allí nace de tu nombre el aroma y el dulzor…

14 jueves Mar 2013

Posted by Derubin Jacome in CUBA EN LA MEMORIA, Municipios y ciudades

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El primer contacto de los españoles con este territorio se produjo cuando Cristóbal Colón en su segundo viaje a América, hizo escala en las costas de Guanímar el 11 de junio de 1494.

Ya por el año 1616, las inmediaciones de La Habana estaban muy cultivadas. El Capitán General de la Isla, Don Sancho de Alquízar, adquirió un corral a unas 7 leguas de La Habana, al cual dio su nombre, con el propósito de fomentar un cafetal. Y con 100 esclavos comprados a Don Antonio Rodríguez de Elvás comenzó el desarrollo agrícola de esta zona que cuarenta años después de su muerte, en 1619, ya era motivo de admiración para cuantos la visitaban.

El 16 de marzo de 1779 se funda, en el terreno donado por Doña Juana de la Osa, la “Iglesia de Alquízar” bajo la advocación de San Agustín, designándola el Obispo Hechavarría auxiliar de Quivicán. Su primer párroco fue Don Ambrosio de Maria Escobar. A su alrededor comenzaron las construcciones que dieron origen al pueblo de Alquízar. En 1806, el Obispo Espada le otorgo rango de Parroquia.

Contribuyó grandemente al desarrollo de esta zona, la emigración francesa desde Santo Domingo. La Revolución de Haití provocó que, a partir de 1796, emigraran hacia Cuba millares de colonos franceses, muchos de los cuales se establecieron en esta región donde fomentaron la siembra del café, uniéndose en poco tiempo un grupo numeroso de criollos y españoles, dando lugar al surgimiento de grandes haciendas cafetaleras y a su auge económico.

En el cafetal nombrado “Nuestra Señora de la Luz”, nació el 4 de noviembre de 1829, Álvaro Reinoso Valdés, iniciador de la era científica en la agricultura cubana y el más grande químico y agrónomo de todos los tiempos. De familia de hacendados cafetaleros interesados por la experimentación agronómica y botánica, desde muy joven se dedicó a estudiar el cultivo de maíz y del cafeto. Colaboró en la colecta de plantas para el Jardín Botánico de La Habana, por lo que recibió el título de corresponsal del Jardín Botánico. Estudió ciencia y medicina en Francia, donde realizó investigaciones químicas como la dedicada al éter, tema para su tesis doctoral en ciencias y en química fisiológica humana. Esto le permitió graduarse de Doctor en Ciencias en la Universidad de París. En otro cafetal, el “Buena Esperanza” propiedad de Eduardo Finlay, pasó su hijo el ilustre médico cubano Carlos J. Finlay, parte de su niñez y juventud.

El día primero del año 1879 fue creado su Ayuntamiento, siendo el primer Alcalde Don Francisco Gouaganchequirí, segregándose de Santiago de las Vegas. En el año 1826, Alquízar fue creada Comandancia de Armas, siendo residencia del Capitán Pedáneo. Para esta fecha su población ascendía a 670 habitantes, perteneciendo a la jurisdicción de Santiago de las Vegas. Sus construcciones se elevaban entonces a 100 casas: 36 de mampostería, y el resto de tabla y guano.

En la segunda mitad del Siglo XIX se desarrolló en sustitución del cultivo del café la industria azucarera. En 1860 existían en Alquízar seis ingenios con una producción destacada para la época.

El 5 de enero de 1896 este municipio es ocupado por las tropas cubanas al mando de los generales Máximo Gómez y Antonio Maceo. A partir de ese momento muchos hijos de Alquízar se incorporan a la lucha armada por la independencia formando parte de los Regimientos Tiradores de Maceo y Calixto García. Durante la campaña, el General Máximo Gómez acampó cuatro veces en el ingenio “San Antonio” propiedad de Mamerto Pulido. En diciembre de 1898 entraron los mambises en Alquízar al mando del Coronel Isidro Acea Gil, en esta ocasión se izó por primera vez la bandera cubana y se tocó el himno Nacional entre gritos y aplausos de la población.

El 14 de septiembre de 1874 nace Gabriel Cubría Puig, quien el 3 de julio de 1906 realiza la primera cesárea de gemelos en Cuba, lo que constituye un acontecimiento trascendental para la medicina cubana.

Rubén Martínez Villena, quien en las décadas de 1920 y 1930 jugara un papel fundamental en la política y en la lucha contra la Tiranía de Machado, nace en Alquízar en 1899.

Nacido en 1901, Luis Marquetti Marquetti, uno de los más grandes compositores musicales de nuestro país cuya música ha recorrido todo el mundo en boca de intérpretes nacionales e internacionales. Desde los años 40 se destacó como autor y sus composiciones en las mejores voces del continente. Entre sus obras destacan los boleros «Plazos traicioneros», «Alli donde tú sabes», «Amor que malo eres», «Deuda, «Entre espumas», «Me robaste la vida y otros. También en la música, se destacaron figuras como René Cabezas, de nombre artístico, René Cabel, quien fue llamado el “Tenor de las Antillas” por su popularidad y que grabó para varias firmas disqueras y Orlando Morales, ejecutante de saxofón y clarinete, además de cantante, formó parte del famoso cuarteto de Carlos Faxas, el conjunto Casino y otras agrupaciones, después realizó su carrera en solitario; destacándose por sus éxitos sobre todo, con “la Copa Rota”.

Ya en la primera mitad del Siglo XX el cultivo fundamental del municipio va a ser el tabaco y su manufactura, surgiendo un fuerte movimiento obrero en este sector.

Y para concluir, unos versos del himno de este fecundo municipio:

Allí nace de tu nombre el aroma y el dulzor.
Allí crece tu esbeltez de surco y ola,
El vaivén de las cañas en la piel,
Y la esférica voz de la naranja.

CABARET SANS SOUCI Según algunos, el cabaret y casino más exclusivo de La Habana.

12 martes Mar 2013

Posted by Derubin Jacome in CUBA EN LA MEMORIA, Vida nocturna

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El cabaret-casino Sans Souci, estaba en Arroyo Arena Km.15. Fue fundado en los días siguientes a la I Guerra Mundial. Llegó a ser uno de los lugares más populares del mundo y nunca –desde su inauguración hasta 1959- fue totalmente cerrado, aunque la derogación y la gran depresión redujo su funcionamiento cuando el comercio turístico disminuyó.

Debe su nombre al Sanssouci, que era el palacio de verano oficial de Federico II el grande, Rey de Prusia, en Potsdam, cerca de Berlín. «Sanssouci» es un término francés que puede traducirse como “sin preocupaciones”, simbolizando que el palacio era más bien un lugar de descanso y no un centro de poder. Lo mismo pensaron los fundadores del Sans Soucí en La Habana, porque ellos querían que todos los visitantes se sintieran como en su casa, alejados de las preocupaciones.

Arsenio Mariño, natural de Galicia y radicado en Cuba desde 1914, fue codueño del Sans Souci. Allí conoció a la que fuera su esposa y madre de su hija, la conocida actriz Yolanda Far, que junto a su hermana gemela debutaron como “Las hermanas Pfarry”.
Mariño vendió su parte al principio de la década de 1930, cuando marchó de gira por Suramérica con las hermanas Pfarry.

Aunque desconozco a los siguientes propietarios, sí puedo comentarles que Norman Rothman fue su gerente una temporada, y que Olga Chaviano fue la indiscutible estrella desde 1953 a 1955 que salió embarazada y tuvo a su primer hijo con Rothman en 1956.

En 1955 Lefty Clark de Miami, quien operaba algunos de los mejores casinos vacacionales de Florida, fue su nuevo administrador. Clark y sus asociados gastaron un millón de dólares en el reacondicionamiento del club, que terminaron en 1957. Estableciendo en un entorno rural y arquitectónicamente una villa española antigua, y unas modernas máquinas tragamonedas revistiendo sus paredes y salones.

Lefty Clark prácticamente reconstruyó y además amplió el Sans Souci. Después de su intervención se sentaban fácilmente 1.100 clientes. Y algo similar a Tropicana, le adicionaron un techo de cristal, para las noches de lluvia o mal tiempo.
Sua salones de juego contaban con las habituales mesas de ruleta, craps, black-jack y chemin de fer (conocida como «shimmies» en el mercado de juegos de azar). En el interior estaba el “Nevada Cocktail Lounge”, que tenía su propio espectáculo independiente del show de la sala principal.

Amante los grandes espectáculos, Clark ofreció al ex campión de boxeo peso heavyweight Rocky Marciano la cifra de 350.000 dólares por una pelea contra el retador cubano Niño Valdés en el club, y trató con figuras internacionales como Marlene Dietrich, Liberace y Susan Hayward, para que se encargaran del entretenimiento de temporada de 1957-58.

La nueva administración, en 1955, consideró cambiar el nombre de Sans Souci posiblemente por Copacabana o Copahabana, a fin de alejarse de la mala reputación anterior que tuvo el club por motivos del juego, pero finalmente consideraron que el nombre de Sans Souci era un hito de La Habana, y que la mejor manera de restaurar la respetabilidad sería simplemente operar de forma respetable. Ya en 1956, el Sans Soucí fue considerado el número tres de toda Cuba por el “Cabaret Guide Havana 1956”.

Sans Souci era tan importante que producía sus propios discos con la música que se interpretaba en sus shows. Con esta productora el cuarteto las D’Aida hizo su primera grabación y también Ernesto Aquino, virtuoso violinista, compositor y director de orquesta.

Después de remodelado el Sans Souci se llevaron a efecto excelentes y elaborados shows con coreografías exclusivas del magistral maestro Alberto Alonso, poniéndolo a la par de Tropicana.

Entre las personalidades extranjeras que animaron en este cabaret, podemos destacar a los norteamericanos Tony Martín, Frank Sinatra, Kirk Douglas o Nat King Cole y personajes como Mario Moreno (Cantinflas), Rocky Marciano o Libertad Lamarque. El debut en centros nocturnos de nuestra gran Rosita Fornés lo haría en el cabaret Sans Souci, en La Lisa, a principio de la década del 40.

La prestigiosa marca de relojes “Cuervo y Sobrino” diseñó unos relojes exclusivos para el Sans Souci fabricados en Suiza con 16 joyas. Esta compañía fue fundada en Cuba en 1882 y llegó a convertirse en la década de 1940 en un fuerte rival de prestigiosos relojeros de New York, Francia e Italia.

Y otra curiosidad: Marlon Brando, en su primera noche habanera fue al cabaret Sans Souci para encontrarse con su amiga la actriz y cantante Dorothy Dandridge que actuaba en el cabaret Sans Souci…. pero sobre la visita de Brando ya haremos una publicación..

LA CERVEZA EN CUBA La cubana desde 1841.

11 lunes Mar 2013

Posted by Derubin Jacome in CUBA EN LA MEMORIA, Gastronomía

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La primera cerveza entró a la Isla por Oriente y venía de contrabando desde Jamaica. No es hasta 1762, con la toma de La Habana por los ingleses, que se importaría de manera legal. Con la instauración del libre comercio entraría en grandes cantidades.

Unas 130 marcas, casi todas inglesas, se ofertaban en tabernas, cafés, bodegas e incluso en boticas. Había cervezas que se anunciaban como propias para la familia, incluso se llegó al extremo de recomendarlas para niños y mujeres en el período de lactancia. Las damas, según la prensa de la época, se inclinaba por la marca británica “Ale”: suave, clara y beneficiosa, decían, para los males del estómago. De cualquier forma, era de las cervezas de mayor demanda, junto con la “Cabeza de Perro”, también inglesa. Hacia 1850, tal arraigo tuvo entre los consumidores la marca “Tennet Lager”, que son muchos los cubanos que llaman “laguer” al espumoso líquido.

La cerveza cubana nace en 1841, cuando Juan Manuel Asbert y Calixto García empezaron a producirla en una fábrica en la calle San Rafael esquina a Águila. Trataron de elaborarla con el jugo de la caña de azúcar, que sustituiría a la cebada europea, pero el intento fue un fracaso y a partir de ese momento los criollos se contentaron con embotellar el refrescante líquido que llegaba en barriles desde el exterior.
Así lo estuvieron haciendo hasta 1883 que se instaló en la ciudad matancera de Cárdenas una fábrica para producirla. No duró mucho tiempo, pero en 1888 el alza de los impuestos sobre las importaciones aconsejó a los negociantes del patio su elaboración en Cuba. Surgía así en Puentes Grandes, “La Tropical”, primera cerveza cubana, con un producto de baja calidad. No demoraría en mejorar cuando maestros cerveceros franceses y alemanes, contratados especialmente, terminaron dándole a la cerveza el “toque” necesario.

En 1888 se fundó en La Habana la llamada «Nueva Fábrica de Hielo», articulada poco después a la fábrica de cerveza en Puentes Grandes. Allí comenzó a elaborarse “La Tropical”, bajo propiedad de Ramón Herrera Sancibrían, bisabuelo de Julio Blanco Herrera, quien con su tesón logra posteriormente producir el cincuenta y ocho por ciento de la que se elaboraba anualmente en el país durante los años 50.

En sus inicios, las marcas en el mercado eran la cerveza clara “La Tropical”, la Tropical Oscura “Excelsior”, la cerveza clara “Cristal Palatino”, cerveza tipo Munich oscura “Tivoli” y la “Maltina Tivoli”. La exquisitez de la marca transcendió las costas de la isla para ganar premios en Europa y Estados Unidos, los más significativos fueron los Grandes Premios en las Exposiciones Internacionales de Londres, en 1896, y Bruselas en 1897; Diploma y Gran Premio en la Exposición Internacional del Progreso, París, 1912; Medalla de Oro en la Exposición de Agricultura e Industrias de La Habana, en 1909 y 1911; Medalla de Bronce en la Exposición de San Luis, 1904, y sus medallas se exhibieron en la antigua etiqueta.
En terrenos anexos a la fábrica, Julio Blanco Herrera padre construyó en 1929 el estadio “La Tropical”, hoy Pedro Marrero. Este campo, sirvió de sede a los Segundos Juegos Centroamericanos y del Caribe, celebrados en 1940.

Había otras muy populares, como “Hatuey” y “Polar”. La primera traía un aborigen cubano en su etiqueta, y la segunda un oso blanco. Se promocionaban así: “La cerveza del pueblo y el pueblo nunca se equivoca”. Por su sabor exquisito, sus magníficas condiciones digestivas y sus resultados tonificantes.

La otra marca afirmaba: “Pida Hatuey. La gran cerveza de Cuba”, mientras que la publicidad Cristal insistía: “¡Cómo anima! ¡Cómo alegra! ¡Cómo estimula! Una cerveza extraordinaria”. Todo era cuestión de preferencia. Había cervezas importadas, pero no tuvieron demasiada aceptación, pese a que algunas marcas de procedencia norteamericana se presentaban en latas; toda una novedad en la época.

Antes de 1919, el “Santiago Brewing Company” fue fundada por el Sr. Eduardo Chibas. Durante este año, bajo la dirección de Don Enrique Schueg y Chassin, las instalaciones fueron adquiridas por la “Compañía Ron Bacardí SA”. La fábrica de cerveza “Hatuey”, situada en el barrio San Pedrito de Santiago de Cuba, fue comprada con el único propósito de construir una nueva destilería Bacardí. La nueva destilería fue inaugurada el 4 de febrero de 1922.

En sus primeros 21 años, la producción y las ventas en la fábrica de cerveza San Pedrito en Santiago de Cuba aumentó cinco veces. A fin de atender la creciente sed de Cuba por la Cerveza “Hatuey”, la Cervecería Modelo fue creada en 1947. Esta cervecería se construyó en 1947 a diez millas de La Habana en «El Cotorro». Siendo fiel a su nombre, era de hecho una cervecería modelo.

La calidad de la cerveza cubana fue tal que las similares extranjeras no lograban penetrar el mercado interno. Nadie podía competir en precio y calidad de las cervezas cubanas a pesar de que algunas firmas foráneas lo intentaban.

Por el año 1958, Cuba poseía cinco fábricas de cerveza que producían cerca de 30 millones de litros anuales para una población aproximada de 6 millones de habitantes. Si se tiene en cuenta el reducido consumo que del producto hacían las mujeres y los menores de edad, se puede inferir el alto consumo per cápita del producto entre los bebedores. El cubano de siempre ha sentido predilección por esta bebida.

El mayor consumo de cerveza tenía lugar en bares y cantinas y algunos preferían hacerlo en la “bodega” de la esquina. Allí, en un ambiente “familiar”, conversaban con el dependiente saboreando una cerveza espumosa, un vaso de ”laguer” con un “saladito” de jamón y queso o con algunas aceitunas, mientras en la vitrola sonaba el bolero del momento. ¿No es acaso el lugar ideal?

DULZURA EN CUBA. Pan de gloria, queque, arroz con leche… ¡azúcar!

10 domingo Mar 2013

Posted by Derubin Jacome in CUBA EN LA MEMORIA, Gastronomía

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A partir de la conquista de América, los nuevos pobladores impusieron sus tradiciones y comenzaron a introducir gradualmente sus técnicas agrícolas y ganaderas. Los exuberantes bosques precolombinos fueron cediendo espacio a las plantaciones de caña de azúcar y a los potreros. Comienza un intricado camino de transculturación en el que el gusto por lo dulce nos conquistó definitivamente.

Pero los dulces de Cuba no nacieron propiamente en los conventos de monjas como en Europa. Ellos nos llegan de la tradición popular que traen las corrientes migratorias que pueblan la isla. A los españoles debemos el hábito al desayuno, almuerzo y comida… y el postre, porque es quien da el bouquet final de la comida.

De España nos llega gran parte de la repostería que hoy conocemos. Españolas son las torrejas o torrijas de rebanada de pan mojadas en leche, rebozadas con huevos, fritos y bañadas con almíbar, que consumimos en Cuba desde 1839 o la natilla, en 1843.

El panqué, de Castilla, es famoso desde 1844. Lo son así las panetelas, el budín, en 1864, la jalea de membrillo (1803 y los pasteles de manzana en 1812. Incluimos los bizcochos de Mallorca de huevo y canela (en 1812), la empanada rellena con dulce, frita o cocida al horno (en 1846). Sin faltar los merengues y las gelatinas. El pudín ingles entró de España (en 1863). También el panecillo de Mallorca, esponjoso, de harina amasado con huevo y leche (1844) y la panetela (1855). Los turrones famosos de la mesa de navidad, que vienen de Alicante o Jijona y se encuentran en La Habana a partir de 1803. Los había de almendras, yemas, leche y moras.

Español es la tradición a las golosinas: caramelos, galletitas dulces, los helados y las confituras de barquillos se unen a la larga lista de dulces en conservas que lo son además franceses, alemán, italiano, norteamericana e inglesa. De Estados Unidos y Europa entran las frutas en compota después de 1835. Y la leche condensada en 1836, imprescindible posteriormente para hacer el cubano “fanguito”.

Pero los dulces cubanos secos, en pastas, jaleas, en conservas de almíbar y pulpas no tienen nada que envidiar a los que vine de ultramar. Ellos constituyen una industria en general en la isla pese a no trascender en la ganancia de la exportación.
Los postres hechos con fruta son bien característicos y se trata simplemente de pedazos de fruta cocidos en almíbar o elaborados en mermelada que se acompañan con queso. Esta costumbre proviene de los tiempos coloniales cuando las frutas eran hervidas en melado de caña dulce como parte de la comida diaria de los esclavos negros para favorecer sus energías en el duro trabajo.
Desde 1836 los dulces cubanos para exportar van en envases de lata, pomos y cajas, conteniendo la piña, mango, tamarindo, guanábana, naranja… A partir de la década de 1820 la isla es un exportador favorito a los Estados Unidos de frutas criollas en conservas. Aunque hay constancia que desde el siglo XVII Santiago de Cuba exportaba dulces de frutas hacia Portobelo y Cartagena. Las primeras referencias sobre conservas de guayaba aparecen en un anuncio del periódico «Diario de La Habana». Al adentrarnos en sus fechas de 1816, descubrimos en su oferta una recién inaugurada tienda de repostería y confitería sita en calle O’Reilly, Nº 111.

Una novedad cubana es el «pan de gloria». Se hace en panaderías y se vende por las calles por primera vez en 1844. El masarreal de España adopta su cubanía en 1837 y en las pascuas las famosas dulcerías: “La Dominica”, “El Brazo Fuerte”, “La Diana” y “La Marina” incluyen además el “queque” desde 1855. Estas confiterías contaban con experimentados reposteros que confeccionaban dulces de la cocina francesa, inglesa, italiana como española.

A mediados del siglo XIX el cubano es un fanático amante al dulce y ya existían 25 dulcerías en La Habana. Por las calles se venden panetelas, biscochos y capuchinas italianas. En 1836 un dulcero lanza al publico el exclusivo, y cubano, “pan gazañiga” o “gazeñica” para rendir tributo a una cantante italiana de la opera que visita Cuba.

Un dulce muy popular y barato sobre todo en el siglo XX fue la raspadura. En Cuba, desde que a la caña se le extrae el jugo en el siglo XVI, se extrae la raspadura. Y que decir del boniatillo, el coquito quemado y la cremita de leche que es una creación criolla… el manjar blanco, la natilla de chocolate, el majarete…
También el arroz con leche, un postre cubano típico elaborado con arroz cuajado con leche y cortezas de limón y canela, que quizás desconozcas que su cuna fue La Habana… ¿y la costumbre de dar la bienvenida al un nuevo vecino con un plato de arroz con leche? No olvidemos al buñuelo de yuca de las pascuas, ni tampoco la tan popular barra o la mermelada de guayaba.
Rey absoluto de la repostería cubana y criolla es el coco que lo encontramos en cerca de 20 recetas distintas. También hay muchas frituras, muchos tipos de buñuelos, una golosina llamada “atropellado matancero” elaborada con yema de huevos, coco rallado y trozos de piña y en fin, que cada zona de la isla tiene sus propias recetas.

Sin dudas Cuba es un país dulcero y a lo largo del tiempo muchos y muy sabrosos dulces han preparado los cubanos: Arroz con leche, quesito de maní, flan de coco, boniatillo, toronja abrillantada, flan de calabaza, cascos de guayaba, dulce de leche, buñuelos, coco rayado, flan de leche, pudín, , fruta bomba en almíbar, queque, cusubé, majarete, tocinillo del cielo, harina dulce, maní garapiñado, raspadura, piononos, masas reales, pan con timba, tamarindo en barrita, mata hambre, mermelada de guayaba, natilla, tamarindo en barrita, pudín de pan, torticas de Morón, coquito prieto, toronja en dulce, pudín de coco, pasteles de guayaba, pastel de coco, señoritas, coquitos acaramelados, pan de gloria, mantecadas, torrejas, capuchinos, cabezotes, panetela borracha, yemitas de huevo, islas flotantes, merenguitos, panqué, palmeritas, cascos de naranja……y la mujer cubana.

Cuba, sin dudas, es el país de la “dulzura”…

LA MUJER EN CUBA -Sus primeros logros.

08 viernes Mar 2013

Posted by Derubin Jacome in CUBA EN LA MEMORIA

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Congreso Nacional de Mujeres en 1923, el primero en Hispanoamérica.
(Publicado por D. Jácome)

Encontrar datos empíricos y de orden simbólico ayudará a recuperar la memoria femenina de estos siglos, los cuales no pueden ser obviados al valorarse el sentido del pasado para la mujer cubana.

Los estudios del siglo XIX cubano y la conformación del idealismo nacionalista han subestimado el discurso femenino presente en más de una veintena de publicaciones periódicas a partir de 1860. En el período 1860-1899 surgen publicaciones femeninas como el “Álbum Cubano de lo Bueno y de lo Bello”, el “Álbum de las Damas”, “Las Hijas de Eva”, “La Mulata”, “Minerva”, etc.

También existen en esta misma época alrededor de 40 colaboradoras con publicaciones oficiales como el “Diario de la Marina”, “El Fígaro”, y con publicaciones independentistas como “El Cubano Libre y Patria”. Un ejemplo fehaciente de la participación de la mujer en el inicio de las guerras de independencia de 1868 se produce en mujeres como Mariana Grajales o Amalia Simoni.

Después de finalizada la primera etapa de la Guerra de Independencia (1868-1878), muchos de los arquetipos construidos para la mujer perdieron sentido. La violencia, el hambre, la emigración, cambiaron la imagen romántica de muchas de las poetizas de las décadas del 50 y 60, donde sobresalió Gertrudis Gómez de Avellaneda, iniciadora de la vanguardia liberal femenina.

En 1870, las ideas de una educación especial para la mujer permitieron una asimilación mucho más rápida de las nociones feministas. Los colegios para “señoritas” -como se les denominaron- permitieron que pedagogas como María Luisa Dolz ganaran en prestigio, ya que incluyó la Segunda Enseñanza, requisito obligatorio para la entrada de mujeres cubanas a la Universidad.

Otro aspecto que influyó en la asimilación del feminismo fue la emigración de miles de mujeres cubanas a los Estados Unidos y las repúblicas latinoamericanas, donde tuvieron que asumir la doble jornada laboral, en la factoría y en el hogar. Por eso no fue sorpresivo encontrar obras poéticas como “El Burgués de la Casa”, de Luz Herrera.

El surgimiento de más de 100 clubes femeninos que simpatizaron con las ideas separatistas de los independentistas cubanos, permitió que las mujeres estuvieran presentes en espacios públicos donde se debatió el futuro de la Isla. El hecho de que las cubanas pudieran presidir un club conformado por sus congéneres y realizar actividades en apoyo a la futura república independiente, creó en ellas una nueva visión de su género.

El siglo XIX marcó el surgimiento de las primeras ideas feministas en Cuba, sobre todo en la década de 1890, la ya citada María Luisa Dolz, autora del discurso femenino más polémico de la década, “Feminismo injusticia de los códigos”, el cual se reflejó en una veintena de publicaciones que incluía los rotativos de mayor difusión del país.

El 21 de febrero de 1901, se aprobó la Constitución, que dejó a las mujeres sin derecho al voto. Este fue el comienzo de una república por la cual también habían luchado las mujeres, quienes no conformes con la visión de sus primeros mandatarios, hicieron reclamos de puestos públicos, sufragio, indemnizaciones y otros tipos de demandas.

En la historia más reciente del siglo XX, el feminismo ha sido un término muy cuestionado. Independiente de cualquier tendencia en otras latitudes, en Cuba permitió la obtención de importantes reivindicaciones en fechas muy tempranas, como la Ley de la Patria Potestad (1917), la Ley del Divorcio (1918) y del Sufragio Femenino (1934).

La construcción de un ideario nacionalista cubano al estilo norteamericano a través de la instrucción pública, utilizó a la fuerza femenina como futura portadora de la pedagogía de su ideal. Esta cuestión se fomentó durante la primera intervención norteamericana en la Isla (1898) y la promoción de “ideas modernas para la mujer”, que incluyó cursos de superación de miles de maestras en la Universidad de Harvard y contactos con el “Woman Club de Boston”. Esos encuentros de seguro influyeron en el ulterior surgimiento de organizaciones feministas al estilo norteamericano en el país.

Existen algunas estadísticas sobre la progresiva incorporación de las mujeres a los recintos universitarios en los primeros 15 años del siglo XIX. En esta etapa 75 mujeres aprobaron los exámenes de oposición a la Universidad y 189 se graduaron de doctoras en diferentes especialidades. De igual forma el magisterio aumentó al número de 4 244, siendo las mujeres el 82% del total de maestros de Cuba.

Las primeras organizaciones del sufragio se fundaron en este mismo período, con un por ciento elevado de maestras y la figura de Amalia Mallén de Oztolaza en la presidencia de las tres primeras: Partido Nacional Feminista (1912), Partido Sufragista (1913), y Partido Nacional Sufragista (1913), agrupaciones que tuvieron el voto como reclamo fundamental

La década del 1910 fue decisiva en los cambios de los arquetipos para la mujer. Por un lado la I Guerra Mundial y su cuestionada “promoción del sector femenino”, y por otro la influencia norteamericana en costumbres, crearon un espectro más amplio para las cubanas, donde los roles domésticos y maritales pudieron empezar a ser variados.

La obtención de la Ley de la Patria Potestad y la Ley del Divorcio, definieron una etapa de auge del feminismo liberal en Cuba que se hará más notorio con la creación del Club Femenino (1918), asociación que nucleó a una parte de las protagonistas del debate feminista de la década del 20.

En 1921 se crean las “Asociaciones Femeninas de Cuba” convocando al Primer Congreso Nacional de Mujeres en 1923, el primero en Hispanoamérica, que incluyó aspectos tan polémicos como la diferencia entre hijos legítimos e ilegítimos, la necesidad de lograr una igualdad entre el hombre y la mujer en la legislación sobre el adulterio y el inevitable tema del sufragio femenino.

Al margen de estos acontecimientos surgieron otros tipos de organizaciones femeninas, como el “Lyceum de La Habana”, con fines culturales y de instrucción; de trabajo como la “Unión Laborista de Mujeres”, y políticas, con posiciones opuestas, como la “Unión Radical de Mujeres” y la tristemente célebre “Porra Femenina”.

Para 1930 el país tenía la cifra de 320 asociaciones femeninas registradas de forma legal. Durante el período de transición del presidente Ramón Grau San Martín, en enero de 1934, fue aprobado el artículo 39 sobre el sufragio femenino. Después del movimiento revolucionario de 1933, se ve reflejado en la celebración en abril de 1939 del “Tercer Congreso Nacional de Mujeres”, donde por primera vez tendrán una amplia representación.

Este evento femenino tuvo repercusión en muchos de los derechos que obtuvo la mujer en la avanzada Constitución de 1940. En el título cuarto, se establece la igualdad independiente de la raza, clase o sexo, y en el título quinto, referente a la familia. En el artículo 43 se otorgó el derecho de la mujer casada a la vida civil sin que necesitase la licencia o autorización marital para regir sus bienes, ejercer libremente el comercio, la industria, profesión o arte y disponer del producto de su trabajo. En el título sexto se planteó que la ley regulaba la protección de la maternidad obrera.

Ya desde 1936 las mujeres participaban en su doble condición de electoras y elegibles. Entre 1936 y 1944, habían alcanzado los siguientes cargos:
Alcaldesas 3, Representantes 15, Concejales 2 y Senadoras 2.

Finalizada la década del 40 y comenzando los años 50, el feminismo en Cuba y en muchos lugares del mundo dejó de ser un suceso para convertirse en una realidad inmersa en muchas otras madejas. La II Guerra Mundial había finalizado y con ella la “vuelta a casa para la mujer”. Y las más de 800 asociaciones feministas y femeninas del país se habían ramificado hacia problemáticas diferentes.

Son solo algunos datos, pero nos confirman el papel que ha jugado la mujer en nuestra historia. Felicitaciones hoy para todas, las de antes y las de ahora.

CLAVELITO – El programa de radio cubano más escuchado de todos los tiempos.

07 jueves Mar 2013

Posted by Derubin Jacome in CUBA EN LA MEMORIA, Cultura cubana

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Miguel Alfonso Pozo nació el 29 de septiembre de 1908, en la ciudad de Ranchuelo, provincia de Las Villas. De su abuelo, José Clavelo heredó su nombre artístico “Clavelito”. Durante su juventud fue vendedor callejero, voceando frutas y pollos.

Su talento poético es nato, por eso llegó a ser uno de los mejores repentistas (improvisadores de la música campesina) de toda Cuba. Sus conocimientos generales los adquirió leyendo mucho cada vez que podía, por eso además de cantar música guajira, compuso canciones en diferentes géneros de la música cubana y escribió libros de poemas y dos de consejos u orientaciones siquiátricas, siempre tratando de ayudar a sus semejantes.

Comenzó su vida artística en la emisora de radio CMHI de la ciudad de Santa Clara, formando el dúo Mariano-Clavel con un programa de punto guajiro. Más tarde el desaparecido Amado Trinidad, le dio la oportunidad de redactar las décimas de «Pepe Cortes», el bandolero romántico, que escribiera Aramis del Real, para Cadena Azul.

El también desaparecido Miguel Gabriel, lo manda a buscar a cualquier precio y se traslada a la C.M.Q. de Monte y Prado, en la que actúa por espacio de trece años. Su éxito comienza cuando debuta en el programa “El Rincón Campesino”, que pasó a ser “El Rincón Criollo” con Coralia Fernández y Nena Cruz “La Calandria”.

Gaspar Pumarejo, cuando adquiere “Unión Radio”, lo traslada con un sueldo de seiscientos pesos mensuales. En Unión Radio, inicio el programa «Controversias de la pelota», entre Habana y Almendares, con Coralia Fernández.

Tiempos después, la Emisora Unión Radio, fue vendida a Ángel Cambo y este le dio la facultades a «Clavelito» para aparte de actuar produjera el tipo de programa que quisiera. Así tiene la oportunidad de producir su propio programa nombrado “Aquí está Clavelito”, que comenzaba con un laud y claves tocando una tonada campesina en la que el propio Clavelito cantaba la décima famosa de “Pon tu pensamiento en mí…”.

PON TU PENSAMIENTO EN MI
Y VERAS QUE EN ESTE MOMENTO
MI FUERZA DE PENSAMIENTO
EJERZA EL BIEN SOBRE TI

Después leía las cartas que le escribían los oyentes a los que aconsejaba mediante sus improvisaciones, pidiéndoles que antes pusieran un vaso de agua sobre el radioreceptor, y que se concentraran en la misma para que pudieran beneficiarse de sus poderes curativos. Para su sorpresa empezaron atribuirle milagros, porque lo mismo curaba a un desahuciado, armonizaba un hogar con problemas, daba los números de la lotería, buscaba un novio a la más fea, consolaba a cualquier afligido, etc. «El vaso de agua de Clavelito» se convierte en el programa más escuchado de la radio cubana de todos los tiempos. Mientras, las vitrolas no cesan de reproducir “El agua de Clavelito”, pieza interpretada por la Orquesta Aragón.

Llegó a recibir más de 50,000 cartas en una semana. Su popularidad no fue soportada para la competencia, por lo que prepararon una denuncia de que incumplía con el código de ética radial y su programa fue cancelado el 5 de agosto de 1952.

Fue tanta su fama y afán de “servir al pueblo necesitado” que decide postularse para Representante en el Congreso Nacional de Cuba en las elecciones del año 1954. También estuvieron postulados el comediante Leopoldo Fernández y el famoso actor Enrique Santiesteban. Como era de esperarse el día de las elecciones el pueblo eligió a Clavelito por unanimidad y es electo a la Cámara de Representantes por el Partido Autentico de Prío Socarras en la década de los 50.

También fue el autor de muchas canciones que fueron un verdadero éxito, como «La Guayabera» que decía: «Quiero un sombrero de guano, una bandera, quiero una guayabera y un son para bailar»

PASEO DEL PRADO -CARCEL DE LA HABANA

06 miércoles Mar 2013

Posted by Derubin Jacome in CUBA EN LA MEMORIA, Urbanismo y Arquitectura

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Hasta el año de 1834 no hubo cárcel en la Habana, pues hasta ese momento los presos se encontraban hacinados en un estrecho e inmundo recinto en una parte del piso bajo del palacio de Gobierno. Teniendo esto en cuenta, el capitán general Miguel Tacón y Rosique concibió en el proyecto de levantar una Cárcel nueva, extramuros de la población, en un local aislado y por su inmediación al mar, para recibir sus aires puros, proyecto que puso por obra sin descanso, debiéndose a él este hermoso edificio, que, a decir de algunos historiadores, es el mejor de esta clase para la época..

En su “Isla de Cuba pintoresca”, impresa por vez primera en 1841, José M. de Andueza, su autor, elabora un detallado y profundo estudio de la entonces colonia española, y en referencia la Cárcel nos describe:

…”Esta Cárcel es un paralelogramo rectángulo de doscientos cuarenta pies de frente y cuatrocientos veinte de fondo, en cuyo primer cuerpo, sin necesidad de emplear prisiones y atendiendo a la debida separación de sexos, clases y colores, pueden contenerse dos mil personas: el primer plano para la construcción de este edificio señalaba a la segunda de aquellas dimensiones trescientos pies, pero se creyó conveniente darle el aumento de ciento veinte para el mayor desahogo y capacidad.
El segundo cuerpo es un hermoso cuartel que puede alojar cómodamente mil doscientos hombres de tropa, con los correspondientes pabellones o aposentos separados para jefes y oficiales…”

Cabe señalar que dentro de las grandes obras de arquitectura llevadas a cabo durante el período de Tacón, sobresale la de esta cárcel, construida en el extremo final de la “Alameda del Prado” cuya obra comenzó en el mes de marzo de 1835 y el proyecto recayó en el Coronel de Ingenieros Don Manuel Pastor. El edificio tenía sus fachadas de líneas rectas y formas renacentistas, siguiendo el estilo que imperaba en la arquitectura de estos años.

Si en un principio esta edificación quedaba extramuros, con el crecimiento de la ciudad ya perdía este carácter, por lo que deja de funcionar como tal y se conoce que el inmueble fue ocupado más tarde por la Audiencia de la Habana. Su destrucción en la década del 30 del pasado siglo XX, obedeció al proyecto de levantar en ese terreno un Palacio de Justicia, luego de haber sido trasladados los presos a la moderna cárcel de Isla de Pinos, construida por Machado en 1925.

Se respetó, sin embargo, la capilla de la cárcel y dos de sus celdas, gracias a las gestiones del primer Historiador de la Ciudad, Emilio Roig de Leuchsenring, las que permitieron la permanencia de aquellos restos, integrados años más tarde en el proyecto cultural del Parque de los Mártires, realizado por un grupo de importantes artistas cubanos, entre ellos, José Sicre, creador de las esculturas de las fuentes, junto a Rita Longa, y Domingo Ravenet, quien pintó la bóveda y las paredes de la capilla.

En esta carcel, fue internado el cuatro de abril de 1870 el recluso José Julián Martí y Pérez, con el número 113, por el delito de infidencia y condenado a seis años de prisión. Suficiente motivo para que aún permanezcan sus restos como monumento y sean lugar de interés histórico.

En la foto superior vemos la cárcel, a la izquierda, desde la glorieta. A la derecha el «Hotel Miramar». En las fotos inferiores. la demolición y cimentacion de lo que sería el Palacio de Justicia. Fotos de 1930 -31.

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