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Publicado por Derubín Jácome
El “Día de los Padres o Día del Padre” es una celebración dedicada a los padres de familia, en que celebramos la paternidad y la influencia del hombre en la vida de sus hijos. Aunque las fechas de su celebración no es la misma en todos los países del mundo, la tradición católica europea lo conmemora el 19 de marzo, día de “San José”, padre putativo de Jesús.
Putativo, según el Diccionario de la Real Academia Española es quien es tenido como padre, hermano, etc., sin serlo, como es el caso de José, que es padre putativo de Jesús. En textos religiosos la abreviatura de padre putativo es P.P., por lo que a los que nos llamamos José, nos dicen Pepe… ¿curioso verdad?
Sin embargo, la mayoría de países latinoamericanos festejan el Día del Padre el tercer domingo de junio, y dejan para el 19 de marzo la celebración del “Día del Hombre”.
En Cuba, el primer “Día de los Padres” se celebró el 19 de junio de 1938. Fue la escritora y artista Dulce María Borrero quien defendió y apoyó la celebración en la Isla de este día como homenaje a los padres. Si las madres ya tenían su día el segundo domingo de mayo, mes de las flores, resultaba una justa propuesta que los padres tuvieran también lo tuvieran.
Como antecedente, ya se había conmemorado en los Estados Unidos la primera celebración del Día del Padre el 19 de Junio de 1910, tras la gestiones de la norteamericana Sonora Smart-Dold, artífice de esta festividad. Ella consideraba que, si de honores se trataba, su padre, William Smart, veterano de la guerra civil, era tan importante como su madre, pues cuando su esposa murió, durante el parto de su sexto hijo, a partir de ese momento se hizo cargo de criarlos y educarlos cumpliendo su rol de padre y tratando de cumplir el de madre, sin recibir ningún tipo de ayuda.
Ya adulta, asistiendo a una misa con motivo del “Día de la Madre”, que apenas llevaba dos años celebrándose, y agradecida por la fortaleza y la consagración de su padre en su crianza y la de su familia, concibió la idea de celebrar también un Día de los Padres.
Originalmente pensó en celebrarlo el 5 de junio, día del cumpleaños de su padre, pero teniendo poco tiempo para los preparativos, decidió cambiar la fecha para dos semanas después. Sonora hizo una intensa propaganda a su iniciativa, y aunque con escaso éxito, se celebraron misas en muchas ciudades. Es así como el primer día del padre tiene lugar en Washington, el 19 de junio de 1910.
En 1915, Harris C. Meek, presidente del “Club de Leones” de Chicago, retomó la idea y el proyecto contó con mejores auspicios. Progresivamente la festividad alcanzó tal popularidad que, en 1924, el Presidente de los Estados Unidos, Calvin Coolidge, convirtiría el “Día del Padre” en una celebración nacional.
En 1956, incluso una Resolución del Congreso de Estados Unidos reconoce, como un deber, homenajear a los padres mediante este día en su honor y diez años más tarde, el presidente Lyndon Johnson proclama oficialmente el “Día de los Padres” como una Fiesta Nacional. Es Richard Nixon quien, en 1972, firma la Ley que establece el “Día de los Padres” el tercer domingo de junio.
Al igual que había ocurrido con el “Día de las Madres”, los comerciantes lo acogen con beneplácito pues esto podría reportarles buenos dividendos, por lo que cada año lo promueven, mejorando su gestión de venta para obtener más ganancias con la venta de regalos para los padres.
Afortunadamente, el “Día de los Padres”, para la mayoría de los cubanos, no ha perdido el origen de su concepción, y aunque es habitual obsequiarles algún detalle, lo fundamental continúa siendo las muestras de cariño y admiración hacia nuestros progenitores, que se suceden en todo hogar cubano cada tercer domingo de junio, un día sagrado dedicado a enaltecer a los hombres que han cumplido la obra de la vida, junto a su compañera, en la educación y crianza de sus hijos.
Como muchos cubanos nos encontramos dispersos por todo el mundo, no quise esperar al tercer domingo de Junio para comentarles sobre este día y que cada cual, esté donde esté, lo celebre según las costumbres del lugar donde resida. Pero ante todo debemos tener presente que la labor de nuestros hijos no es reconfortarnos o hacernos regalos este día, lo fundamental es que crezcan con la libertad de pensar y poder expresar lo que piensan, con respeto y consideración.
En 1920, aún siendo vicepresidente de nuestra República, Alfredo Zayas en un discurso alertaba a los padres sobre la importancia de que este concepto fuera el fundamento principal en la educación de sus hijos…
“…a fin de que pueda decir el viajero que divise nuestras costas en porvenir no lejano: “Allá hay una isla bendita por el cielo, que sobre la esmeralda de su suelo y el zafiro ondulante de sus mares, sostiene a un pueblo libre, de hermanos laboriosos y virtuosos, que harán que se perpetúe en la historia el nombre de una raza y con él los sentimientos y los ideales que alentaron nuestros padres, que recogimos de sus labios y de su ejemplo, y que queremos trasmitir a nuestros hijos…”
Así sea.
CUBA EN LA MEMORIA 19/03/2016