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CUBA en la memoria

~ por Derubín Jácome

CUBA en la memoria

Publicaciones de la categoría: Personajes

UN PIRATA CUBANO -DIEGO GRILLO

17 jueves Mar 2016

Posted by dianafernandezgonzalez in Curiosidades, Personajes, Sociedad, Urbanismo y Arquitectura

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Cuba, pirata

Publicado por Derubín Jácome

Conocemos de la presencia de piratas en nuestros mares y que desde el siglo XVI se establecen filibusteros franceses en los cayos e islotes de las Antillas, para desde allí saquear nuestras villas y ciudades. El más conocido de esa época, Jacques de Sores. Después aparecerían los piratas ingleses, como el famoso Sir Frances Drake, del que ya les comentaré por su relación con nuestro pirata cubano.

Para el siglo XVII serán desplazados por holandeses, que mantendrían largo tiempo en jaque a las flotas españolas que retornaban a Sevilla cargadas con las riquezas saqueadas en América. El puerto de La Habana era el punto intermedio de la travesía y también de las que venían a América con sus bodegas cargadas de mercancías para sus colonos. Entre los holandeses, imposible no mencionar a Cornelius Jol, el temible Pata de Palo.

A finales del siglo ya surcarían nuestros mares naves piratas con banderas de muchas naciones, con el célebre Henry Morgan, el Lorencillo o Bartolomé el Portugués… Los habitantes de la Isla ya no tendrían ni un momento de descanso seguro.

Piratas muchos, pero quizás algunos no conozcan que también hubo un pirata cubano que se codeó con los grandes de esa actividad. Diego Grillo, el primer pirata cubano, conocido en su época como el «pirata negro».

Para hablarles de este personaje, debemos remontarnos al último cuarto del siglo XVI, cuando un conquistador español que se dirigía a “Tierra Firme”, hoy Venezuela, a su paso por La Habana conoce a una bella esclava africana. De esta unión nace un niño llamado Diego Grillo, nacido alrededor de 1558, en La Habana, donde es bautizado, siendo su padrino el capitán español Domingo Galván Romero.

Nace esclavo y es criado en un entorno muy hostil, lo que hizo que con solo trece años escapara de su destino y huyera del cautiverio. De carácter fuerte y decidido, se une a unos bucaneros españoles que comerciaban en el litoral antillano, con los que adquiere grandes habilidades como marinero. Pero, en 1572, su vida da un giro inesperado cuando es capturado en Isla de Pinos por el pirata Francis Drake, que se percata de las habilidades del joven, con gran carisma, audacia, valentía y espíritu aventurero.

En compañía de Drake el joven habanero se transformará en un experimentado aventurero del mar, aprendiendo perfectamente el inglés y continuando sus andanzas en la nave de este pirata. Drake decide tomarlo bajo su tutela y lo lleva consigo a Inglaterra. Una vez allí, es reclutado por los ingleses, y con solo 22 años se convierte en un ilustre marinero de los Reyes de Inglaterra, los cuales le honraban por la contribución a sus intereses.

Unos años después, en 1595, vuelve a las aguas del Caribe como segundo al mando de una expedición capitaneada por Drake. Más tarde, después que Drake fuera nombrado «Almirante de Inglaterra», Diego se dispone a tener su barco propio, con una tripulación compuesta por franceses, ingleses y holandeses, convirtiéndose en el azote de las naves de la metrópoli que navegaban en los mares cubanos, hecho conocido por la constancia histórica de la campaña para capturarlo que realizara el Gobernador de Cuba, Don Juan de Maldonado Barnuevo.

Tras esta expedición, abandona temporalmente sus aventuras por el océano, de las que obtuvo no solamente mucho oro, sino también fama. Después de un breve descanso, su personalidad y ambición le llevan, en 1603, a regresar a sus andanzas por las Antillas, acompañado en esta ocasión por uno de los más grandes y conocidos piratas de la historia, Cornelio Jols, el terrible «Pata de Palo».

Juntos comenzarán una sangrienta etapa en la que atacan a navíos españoles, sin interés alguno de hacer esclavos, ya que asesinaban a todos sus tripulantes. Llegan incluso a capturar un convoy con once naves, lo que sin dudas para otro pirata hubiese sido motivo de retiro para entregarse al disfrute de las inmensas riquezas del botín… pero no ocurrió así.

En 1619 planifica y lleva a cabo una acción en la bahía de Nuevitas, lugar donde encontraban refugio los barcos cargados de oro que se dirigían a España. Con una cuidadosa preparación de la acción, Grillo sorprende a la caravana en la boca de la bahía, saliendo airoso y aún más rico de la contienda. Según las investigaciones y regerencias de este tema, es su última acción conocida.

UN PIRATA CUBANO -DIEGO GRILLO
Después de aquel acontecimiento, nunca se supo más de de su vida, pero al parecer el botín fue de tan grandes magnitudes que el pirata negro decidió desaparecer del mapa y dejar, tras él, el sello que lo identifica como uno de los más grandes piratas que existió. Quizás disfrutó en las tabernas inglesas de su incontable fortuna.

A pesar de ser terriblemente sanguinario, esto no afectaba su trato como todo un caballero con las mujeres, incluso del vencido, lo que queda demostrado en una anécdota recogida de lo acontecido con la viuda del Gobernador de Campeche, Doña Isabel de Caraveo:
Después de haber saqueado aquella villa y para evitar los ultrajes comunes a que estaba expuesta la dama española por los demás piratas, Diego le colocó una guardia personal con un cuidado especial y la puso en tierra sana y salva, cerca de Campeche. La propia Doña Isabel es la que dejó constancia del hecho, lo que confirma que, al parecer, era todo un caballero con las damas. No sé si además le estaría agradecida de alguna otra atención «especial» que tuviese con ella en el trayecto hacia Campeche…

Según otra anécdota recogida de esta citada famosa batalla, donde junto a «Pata de Palo» atacarían la plaza con diez navíos y 500 ingleses, franceses y portugueses, se relata que al finalizar la misma y al pasar entre un impresionante número de cadáveres encontrara por casualidad el de su padrino. Según testimonios de la época, Diego mostró gran sentimiento por el cuerpo de aquel que lo había sostenido en la pila bautismal.

Entre otros saqueos que realizó el más mítico de nuestros piratas cubanos, se conocen los acontecidos en Veracruz, Cartagena y sus habituales asedios a La Habana. Aunque cada vez que la asaltaba aprovechaba para visitar y besar a su anciana madre, que ya era negra liberta… y también acariciar algún amor no olvidado.

Actualmente de este personaje y su historia, solo nos queda la existencia de un “Cayo de Diego» en la costa septentrional de Pinar del Río, que nos recuerda su temible presencia durante muchos años por esas tierras y un establecimiento nocturno en Cayo Largo del Sur que lleva su nombre.

Como dato curioso, la bandera que identifica a un barco pirata, la que se conoce como bandera de “Jack el Calicó”, fue creada por el pirata Jack Rackham, conocido por ese nombre por el colorido de sus ropajes. El “calicó” es un tejido de algodón, de aspecto rústico generalmente estampado por una cara con colores vivos. Sus estampados brillantes y coloridos se popularizaron en Europa en los siglos XVII y XVIII.

Este pirata inglés también fue famoso por llevar en su navío a dos mujeres: Anne Bonny y Mary Read. Fue ahorcado en 1720.

CUBA EN LA MEMORIA 17/03/2016

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DROGUERIA SARRÁ

04 viernes Mar 2016

Posted by dianafernandezgonzalez in CUBA EN LA MEMORIA, Personajes, Sociedad, Urbanismo y Arquitectura

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Cuba, edificios, habana, migraciones en Cuba

Publicado por Derubín Jácome

Los catalanes José Sarrá y su tío Valentín Catalá, boticarios, llegaron a Cuba a mediados del siglo XIX para hacer carrera y probar fortuna en los negocios. Pero lograron mucho más, porque los Sarrá conquistaron La Habana y aunque en 1885 existían más de 65 farmacias que vendían tanto patentes nacionales como extranjeras, poco después, la fundada por ellos será la más importante.

Estos catalanes crean la “Sociedad Catalá, Sarrá y Co.”, y fundan en 1853, en una pequeña casa de la calle de Teniente Rey, la farmacia “La Reunión”, con la estrategia de proveer no solo productos farmacéuticos de alta calidad, sino hacerlo a precios razonables. Para ello invierten 50.000 pesos en la fundación de esta farmacia y droguería, en La Habana Vieja, junto a un pozo de agua pura, que resultaba idónea para la elaboración de sus medicamentos.

El establecimiento, orientado a la venta al por mayor, se llamó “La Reunión” ya que unificaba las farmacias tradicional y homeopática. La primera quedaría a cargo de José y la segunda por su tío, quien también asumiría la contabilidad. Montaron un laboratorio que poco tiempo después ya surtía de ungüentos, sales, jarabes, extractos y otros productos a farmacéuticos y hospitales de toda Cuba.

En 1858 se incorpora a la empresa otro familiar, el también científico y negociante José Sarrá y Valldejulí, sobrino del cofundador. Siete años después, Valentín les venderá su parte para establecerse por su cuenta en Barcelona. La antigua Sociedad es disuelta y se constituye la “Sarrá y Co.”

Sarrá Valldejulí, el nuevo socio, realizaría grandes cambios en la empresa, comprando algunas propiedades en la manzana donde se encontraba la farmacia y mejorando la botica, a la que le agregó oficinas, almacén y un laboratorio aún mayor, adquiriendo nuevos equipos, como una máquina de vapor para hacer pulverizaciones o presas para extraer aceite de ricino. Sacaría al mercado nuevos productos propios de gran éxito, como la “Magnesia Sarrá”. También destaca la formación de más de cien farmacéuticos en estos laboratorios.

Fue tal la importancia de esta droguería, que en el año 1881 su Majestad Alfonso XII de España le concedió al Dr. José Sarrá el título honorífico de «Farmacéutico y Droguero de la Real Casa» y otorgándole el uso del Escudo de Armas Reales en las muestras, facturas y etiquetas de sus productos. Para 1883 se instalará la Droguería y Farmacia «La Reunión» en su edificio de Teniente Rey y Compostela.

En el nuevo edificio, la importancia del negocio crecerá en proporción a su amplitud, manteniendo el primer lugar entre las de su clase. En 1898 muere su dueño fundador y la dirección de la casa pasa a ser propiedad de la firma “Viuda de José Sarrá e Hijo”, conformada por la señora Doña Celia Hernández y Buchó, viuda de Sarrá y su hijo Ernesto, que aunque solo contaba con 19 años, ya se distinguía en sus estudios de la carrera de Farmacia. En manos de ambos la casa mantuvo siempre su lugar prominente, hasta quedar finalmente como único propietario su hijo.

Es precisamente esta tercera generación de propietarios, con Ernesto Sarrá Hernández a la cabeza, la que en las primeras décadas del siglo XX transforma el prestigioso negocio en uno de los emporios más importantes de Cuba.

En 1912 será Ernesto quien adquiere varias casas en la esquina de Teniente Rey, Habana y Compostela, que unido a los anteriores edificios forma un conjunto de 18 nuevos inmuebles con una superficie de 13,000 m2. El prestigioso negocio se transforma en uno de los emporios más importantes de Cuba, con 46 edificios, 600 empleados y más de 500 productos, llegando a ocupar más de 45 edificios con 40,000 metros cuadrados de área.

Para tener una idea del crecimiento del negocio, se adquieren las casas de la calle Compostela nº 87, 89, 91, 93, 95, 97, 99, 101, 103 y 105; en Teniente Rey la nº 35, 39, 52, 54, 56, 58 y 60 y en la calle Habana las nº 126, 128, 130, 132, 134 y 136. Ocupando casi completamente los tres frentes de una manzana, lo que le permitía tener 33 vidrieras de exposición hacia la calle. En la calle Buenos Aires nº 21 se encontraban los garajes para guardar los camiones que hacían el servicio de la casa.

DROGUERIA SARRÁ
La Droguería llegó a ser más que una farmacia y un laboratorio de especialidades farmacéutica, biológicas y opoterápicas, sino también una Tienda por departamentos, una fábrica de jabón, de perfumes, insecticidas y desinfectantes, locería, cristalería, juguetería y un almacén de suministros para lecherías de materias primas para dulcerías y panaderías.

También introdujo técnicas de marketing moderno, como regalar perfumes e invitar a merendar a los mejores compradores en la tienda de la droguería, sección “Atracciones Sarrá”. La “Droguería Sarrá” no solo llegó a ser la droguería más grande de Cuba y de Latinoamérica, sino incluso la segunda del mundo tras la norteamericana “Johnson”.

Por su excelencia y méritos alcanzados, en 1934 el “Congreso de la República de Cuba” le concede a la “Droguería Sarrá” el uso del Escudo de la República para que apareciera también en las muestras, facturas y etiquetas. En la Universidad de la Habana y la Universidad de Villanueva se establece el “Premio Sarrá”, que se otorgaba anualmente a los mejores estudiantes de farmacia.

El imperio Sarrá tuvo un largo siglo de vida en Cuba y además del prestigio alcanzado en sus negocios, como evidencia del esplendor alcanzado por esta familia, puedo citarles las residencias de dos miembros de esta familia:

La de su fundador, ocupada actualmente por el Ministerio de Cultura, es la espectacular mansión enclavada en la calle 2 esquina a 13 en el Vedado y la de una de sus hermanas es el llamado “Palacete Velasco Sarrá”, erigido en 1912 en el destacado emplazamiento de La Habana Vieja, que actualmente ocupa la sede de la “Embajada de España” en Cuba, que recibe el edificio en 1984, después de muchos años de abandono tras su expropiación a la familia a comienzos de la década del 60.

En 1999, un grupo de nietos y de bisnietos del Dr. Ernesto José Sarrá establecieron en el Estado de la Florida la corporación “Sarra Natural Products”, para ofrecerle al público la misma calidad, confianza y excelencia que prestigia el nombre Sarrá. Los Productos Naturales Sarrá se venden en farmacias y droguerías en la Florida, New York y New Jersey.

El edificio principal de la “Droguería Sarrá” está considerado como Patrimonio Mundial de la Humanidad. Actualmente es Museo de Farmacia.

CUBA EN LA MEMORIA 04/02/2016

BRINDIS DE SALAS

28 domingo Feb 2016

Posted by dianafernandezgonzalez in Cultura cubana, Personajes, Sociedad

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Cuba, La Habana, música

Publicado por Derubín Jácome

Claudio José Domingo Brindis de Salas Garrido, llamado merecidamente como “el Paganini negro” o “el rey de las octavas”, nació en La Habana el 4 de agosto de 1852 en la calle Águila No 168, hijo legítimo de Claudio Brindis de profesión músico y de María del Monte Salas y Blanco, creciendo rodeado por una familia musical que desde muy temprana edad, impulsó su gusto por el violín.

Su padre, hijo de militar y también nacido en La Habana, el 30 de octubre de 1800, fue un notable violinista y contrabajista que, no obstante su raza, destacó en particular como director de orquestas, el más alto galardón a que podía aspirar un músico de su clase y de su tiempo en Cuba. Su orquesta de bailes fue, sin dudas, la más popular de su época, comparable y rival solo por la de otro músico negro, Ulpiano Estrada, del que ya les he comentado y al que venció por amplio margen en unas competencias musicales efectuadas en 1825.

Creció dentro de una familia “especial”. Un primo hermano de su padre, Manuel Parreño, era aficionado a la escultura, tenía dominio de los idiomas latín y francés, y ostentaba el grado de teniente del “Batallón de Leales Morenos”. Por la línea materna, no se quedaban atrás, en cuanto a distinción, ya que Manuel Blanco era capitán del “Real Cuerpo de Artillería”.

Pero sin dudas lo que más benefició a su padre, dato quizás menos conocido, fue el haber sido “hermano de leche” del que fuera “Conde de Casa Bayona”, a quien su madre amamantara junto a él. Razón suficiente para que creciera protegido por una de las familias cubanas de más alto linaje, la cual no dudó en cuidar de su instrucción.

Toda esta acomodada vida para un negro dentro de una todavía sociedad esclavista, concluyó de forma dramática cuando en 1844 acontece lo que conocemos como la “Conspiración de la Escalera”, donde tantos negros sufrieron los azotes de la “justicia” colonial, siendo llevado a la cárcel, torturado y expulsado de la Isla. Se le amnistió en 1850, pero nunca más pudo recuperar su posición de antaño. Murió ciego y en la mayor pobreza.

En este entorno familiar crece nuestro “Paganini negro”, iniciando sus estudios de música con su padre, posteriormente con José Redondo y completándolos con el belga José Van der Gutch. Con solo 11 años, en 1863 se presenta por vez primera ante el público habanero en el “Liceo de La Habana”, junto a su maestro belga y formando parte de una función en la que también ac¬tuaría Ignacio Cervantes. Para 1864 realizaría una gira con su padre y su hermano José del Rosario, también violi¬nista, por las ciudades de Matanzas, Cárdenas, Santa Clara, Cienfuegos y Güines. Luego viajará a México y se radicará en Veracruz, donde ofrecerá conciertos organiza¬dos por Joaquín Gaztambide.

Desde México se traslada a París para realizar estudios con Hubert Leonard, Charles Dancla y Ernesto Camilo Sivori, quien al parecer dejará huella en su estilo. En una revista de Agosto de 1886, encuentro una crónica cultural sobre una función en la “Sociedad de Conciertos”:

“… ¡Qué fiesta la del domingo! ¡Qué de arte, que de elegancia, cuanta buena voluntad! No sabemos, en verdad, como concentrar en una corta revista todo lo que habría de decirse de este concierto realmente extraordinario. Hubo tanto bueno! …Afirmar que el Sr. Brindis de Salas ha sido el héroe de la fiesta, no es decir nada nuevo. Hablar de las maravillas de su ejecución y del entusiasmo del público, es decir cosa que todo el mundo ya se figura. Nos contentaremos, por consiguiente, con decir que en la primera y última particularmente, de las piezas que nos hizo oir, nos recordó mucho al gran Sivori…”

En 1869 matricula en el prestigioso “Conservatorio de Música de París”, destacándose como ninguno, lo que resulta admirable sabiendo que para mediados del siglo XIX, la capital francesa era el centro musical del mundo. Se gradúa dos años más tarde, para comenzar una meteórica carrera que lo ubica rápidamente en la vanguardia musical del momento, presentándose en las salas de concierto más prestigiosas de toda Europa, en ciudades como París, Berlín, Londres, Madrid, Florencia, Viena, etc.

En 1870 gana un accésit en el concurso del “Conservatorio de París” y un año después obtiene el “Primer Premio” de este mismo concurso. Posteriormente comienza una gira por Europa, actuando en Florencia, Turín y Milán, ciudad donde se presen¬ta en la célebre “Scala de Milán”, recibiendo en todas sus actuaciones el entusiasmo de público y crítica, que unánimemente destaca su extraordinario dominio del auditorio, el fogoso temperamento que caracteri¬zaba su ejecución, su buen gusto y pureza de entona¬ción y virtuosismo, cualida¬des que particularizaron su interpretación y que ya las po¬seía cuando irrumpió en el mundo europeo.

En 1875 regresa a América donde es nombrado director del Conservatorio de Haití. De nuevo en Cuba, entre otras, actúa en el “Teatro Payret” en 1877 acompañado al piano por José Van der Gutch y en 1878 ofrece un concierto en la “Sociedad Filarmónica Cubana de Santiago de Cuba”. Regresa a México y en la capi¬tal mexicana se presenta en el “Teatro Arbeu”. Es en 1880 que viaja a Rusia para actuar en San Petersburgo, siendo el primer cubano en subir a un escenario en la capital de los zares.

En 1884 se traslada a Alemania y en 1886 regresa a La Habana, donde actúa en el “Gran Teatro” y en la “Sociedad de Conciertos”, actuación que antes citara. En 1887 se presentó en Nueva York y en 1889 viajó a Barcelona. En 1895 se presenta de nuevo en La Habana en el “Teatro Albisu”, partiendo después a una gira cuyo destino final sería Europa. Actúa en San¬to Domingo, Puerto Rico, Trinidad¬ Tobago, Jamaica, etc.

En 1902, después del recital ofrecido en Santa Cruz de Tenerife, regresa a Cuba, donde ofrece un concierto en el “Teatro Principal” de La Habana, posteriormente vuelve a Tenerife, viaje que repite en 1903. En 1911 va a Ron¬da, España, donde ofrece su último concierto en el “Teatro Espinel”. De España se traslada a Argentina, donde concluye su exitosa carrera.

BRINDIS DE SALASClaudio Brindis de Salas obtuvo varias condecoraciones y reconocimientos por su destreza interpretativa. Le distinguen con el “Botón de Caballero de la Legión de Honor” en Francia, la “Cruz del Águila Negra”, título de “Barón” del Imperio Alemán y el Emperador Prusiano le concede el título de “Barón”. Entre otros regalos, recibió como obsequio un violín Stradivarius en Argentina.

Sin embargo, después de alcanzar la gloria y los máximos honores posibles, triunfando en los más distinguidos salones de América y Europa, de haber vivido en una fastuosa mansión en Berlín, Alemania, casado con una aristócrata alemana con la que tuvo dos hijos, de haber sido nombrado músico de Cámara del Emperador, muere al igual que su padre, en la miseria y el olvido.

Fallece en Buenos Aires, Argentina, el 2 de junio de 1911, siendo enterrado en una fosa común hasta 1930 en que sus restos son llevados a Cuba para ser depositados en el Panteón de la Solidaridad Musical de La Habana. Actualmente sus restos descansan en una lápida ubicada en la “Sala de conciertos de la Iglesia de Paula”, en La Habana Vieja.

Para concluir una nota extraída de una entrevista que se le realizara después de uno de los conciertos celebrados en Tenerife y que no sería publicada hasta el mes siguiente de su muerte, en la revista “Cuba en Europa” de Julio de 1911.

“…En sus ojos de ébano fulguraba la triple irradiación de su alma de tropical, de artista y de bohemio. Había tocado, en efecto, admirablemente. En él las dos cualidades de su raza, raza música por excelencia, estaban como sublimadas: el oído finísimo y el sentimiento … vivificado por la cultura artística y los viajes. Era músico Brindis de Salas hasta la punta de sus uñas rosadas como las de una mujer. Vibraba como una mujer. Daba la sensación de la inquietud perpetua, al menos cuando yo lo vi. La embriaguez dionisíaca, diría Nietzsche, parecía poseerle…”

CUBA EN LA MEMORIA 28/02/2016

LA GATICA DE MARIA RAMOS

26 viernes Feb 2016

Posted by dianafernandezgonzalez in Costumbres, Curiosidades, Personajes

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Cuba, dichos cubanos, tradiciones

Publicado por Derubín Jácome

Generalmente utilizamos el dicho de “gatica de Maria Ramos, que tira la piedra y esconde la mano” cuando queremos referirnos a una persona hipócrita, que oculta sus verdaderas intenciones bajo otra apariencia, es decir, una persona que aparenta ser inocente y no lo es.

Es cierto que el cubano es reconocido por su chispa, su inteligencia y su sentido del humor, y que ha aportado al idioma castellano una fraseología muy ocurrente y muy cubana, pero en ocasiones ésta tiene referentes anteriores y su origen no es cubano.

Cuando decidí investigar sobre esta frase, encontré que la mayoría de las publicaciones la daban por cubana, e incluso se relataba una historia que la ubicaba en un marginal barrio habanero.

Según estas versiones, el personaje de María Ramos era una hermosa mujer que ejercía la prostitución en el popular y marginal barrio habanero de Jesús María, donde vivía con un proxeneta, que respondía al nombre de Virgilio, el cual la explotaba obligándola a ejercer el oficio más antiguo del mundo.

LA GATICA DE MARIA RAMOSSegún esta versión, encontraron muerto al “amigo” de María en su propia casa. Había sido asesinado con una piedra de amolar de la cocina de la propia María. Ella se defendió declarando que no estaba en casa, que cuando llegó encontró al difunto en el suelo y que la única que estaba en la casa era Mimí, su gatita. El juez no la creyó y la envió a la cárcel. La versión no aclara lo qué sucedió después con su gata, pero todos sabemos que “la gatita de María Ramos” goza de vida inmortal en el refranero popular por haber sido capaz “de tirar la tal piedra y luego seguir ronroneando como si nada hubiese ocurrido.

Este relato, que se repite muy similar en diferentes blogs, no esclarece la fecha en que sucede el horrible crimen, pero se afirma que apareció una reseña de este juicio en una crónica amarilla del “Diario de la Marina”, por lo que podemos deducir que ocurrió después de 1832, fecha de la fundación de este periódico.

Incluso se afirma que encabezaba la reseña una caricatura de la gatica Mimí, en pose amenazadora, alzando en sus patas delanteras una enorme piedra de río y como pié de foto: “La gatica de María Ramos dio la fatal pedrada… pero ¿con qué manos? “, y que esto daría pié a una coplilla popular que decía: “…La gatica de María Ramos, que tira la piedra y esconde la mano, que mató a Virgilio y que mató a su hermano. ¡Que gata asesina! ¡Qué sino malsano!…” De esta forma María y su gatica Mimí pasaron a la inmortalidad y hoy forman parte de nuestro lenguaje popular.

No conforme con esta ingeniosa versión, me dediqué a “buscar” un poco más en las fuentes que tengo a mi alcance y este es el resultado de lo que encontré:

Ya en el tomo segundo del “Diccionarios Castellano con las voces de Ciencias y Artes y sus correspondiente de las tres lenguas francesa, latina e italiana”, del autor Esteban de Terrenos y Pando, editado en 1787 por la Imprenta de Ibarra, hijos y compañía aparece:
“…Hacer la gata, hacer la gata ensogada, o la “gata de Mari-Ramos” o de Juan Ramos: disimular, fingir, afectar la humildad y modestia, que no hay…”

También Ricardo Palma, escritor peruano de reconocido prestigio que dedicara buena parte de su labor literaria a la investigación y recopilación de leyendas, nos habla de “la gatita de Mari-Ramos” entre uno de sus relatos publicados a partir de 1860 en diarios, y más tarde en libros, que forman las varias series de crónicas de sus «Tradiciones Peruanas”. En una de sus historias también relacionadas con un crimen, que su autor sitúa alrededor de 1778, menciona la frase “gatita de Mari-Ramos… que hacía ascos a los ratones y engullía los gusanos…” como algo ya popular y común en boca del vulgo a finales del siglo XVIII.

En su “Crónica de la época del trigésimo cuarto virrey del Perú” nos relata que…”Al principiar la Alameda de Acho y en la acera que forma espalda a la capilla de San Lorenzo…existe una casa de ruinoso aspecto, la cual fue, por los años de 1788, teatro no de uno de esos cuentos de entredijes y babador …”

En ella nos cuenta las desazones entre sobrina y tía, ya que la vieja trataba de malas formas a su sobrina, la que rompía a llorar como una bendita de Dios, lo que la enfurecía aun más y le gritaba: “…¡Hipócrita! A mí no me engatuses… ¿A qué vienen esos lloriqueos? …Quien no te conozca que te compre, saquito de cucarachas. Cualquiera diría que no rompe plato, y es capaz de sacarle los ojos al verdugo Grano de Oro. … ¡Miren, miren a la gatita de Mari-Ramos, que hacía ascos a los ratones y engullía los gusanos! …”

Como estas discusiones eran muy frecuentes, las muchachas de la vecindad dieron en bautizarla con el apodo de Gatita de Mari-Ramos, lo que pronto le dirían a su paso los mozalbetes y demás niños que la encontraban al paso, al salir de misa :
“…¡Qué modosita y qué linda que va la Gatita de Mari-Ramos!…”

Otro texto que referencia la frase es el “Diccionario de la Lengua Castellana” de Vicente Salva, editado por la Academia Española en 1841, donde se define de este modo:
“…La gata de Mari Ramos, expresión con que se nota a alguno de que disimuladamente y con milindre pretende alguna cosa, dando a entender que no la quiere…”

De cómo llegó esta frase a Cuba, o como se hizo popular, no dispongo de datos que aporten alguna nueva información, sin embargo encuentro en el semanario satírico “Juan Palomo” Núm. 18-21 de Mayo de 1873 que se editaba en O’Reilly, 54, entre Habana y Compostela, una nota sobre la existencia de una puesta en escena de una zarzuela con este nombre, que se representaba en el Teatro Albisu, de La Habana.

“…ALBISU.—La gata de Mari-Ramos…
Una gata que se convierte en mujer, contra lo natural, pues generalmente son las mujeres las que se vuelven gatas; una burra (con perdón de ustedes) que no se convierte en nada, pero cuyo dueño cree que se ha transformado en una campesina, fuerte, robusta y tan guapa como la Castro; algunas tiradas de versos agradables; varias escenas lánguidas; un narcótico, bastante eficaz, desleído en la acción, y una regular cantidad de música ligera y bonita, forman en conjunto esa zarzuela que se titula “La gata de Mari-Ramos”…”

La gata de Mari Ramos era una zarzuela en dos actos, de tema fantástico, con letra de D. Mariano Pina y música del maestro C. Oudrid , fechada en 1870.

Se comenta en esta nota teatral, que también existe una comedia de magia con el mismo título y las mismas metamorfosis, pero no he logrado encontrarla. Al parecer lo mejor de esta puesta fue la música, cantada por la De-Baillou. Enrichetta De Baillou-Marinoni, era una prima donna nacida en Cádiz, soprano del género ligero y de voz delgada, pero muy flexible y aplaudida por el público por su habilidad de ejecución en el género de fioriture.

Muy de la moralidad de esa época encontramos el comentario de que las coristas salen con vestido corto y con las botitas de raso, “…que son de reglamento, altas, bastante altas, para que solo se vea la parte gorda de la pierna…”

Músicas y moralidades aparte, la aparición en 1787 de la “gatita de Maria Ramos”, en el tomo segundo del “Diccionario Castellano con las voces de Ciencias …”, del autor Esteban de Terrenos y Pando, nos confirma que, aunque existiese el personaje de Maria Ramos en el barrio de Jesús María, la frase ya existía, al menos desde finales del siglo XVIII, y que solo sería aplicada a nuestra Maria Ramos, por su trágico conflicto.

CUBA EN LA MEMORIA 26 /02/2016

24 de FEBRERO DE 1895 – GRITO DE INDEPENDENCIA

24 miércoles Feb 2016

Posted by dianafernandezgonzalez in Fechas históricas, Personajes, Sociedad

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Cuba, independencia, mártires cubanos

Publicado por Derubín Jácome

El llamado “Grito de Baire”, fue realmente un levantamiento simultáneo y organizado en 35 diferentes regiones de Cuba, aunque para la historia ha quedado registrado con el nombre de esta localidad oriental situada a 75 km de Santiago de Cuba. Hacer del heroico Baire el centro aislado o principal del levantamiento, sería desconocer que el 24 de febrero de 1895, como resultado de la sabia orientación de Martí, tuvo lugar un levantamiento simultáneo.

La mayor parte de las investigaciones realizadas sobre este hecho, no reconocen este sitio como punto estratégico en dicha confrontación, ya que otras localidades tuvieron un papel mucho más destacado. Además, ni en la orden de alzamiento ni en el documento posterior escrito por Martí, o Juan Gualberto Gómez, se menciona a ninguna localidad como el centro principal de la sublevación y siempre se describe como un levantamiento simultáneo.

Sobre porqué Baire comenzó a ser considerada como centro del levantamiento, cuando en realidad no lo fue, existen distintas teorías. En primer lugar está la relacionada con la información ofrecida por los medios de prensa españoles que atribuyeron el alzamiento a esta localidad, dándole un carácter autonomista, con el propósito de confundir al pueblo cubano.

Este suceso es considerado el comienzo de la denominada “guerra necesaria”, organizada por nuestro apóstol José Martí y en la que tomaron parte varios grupos independentistas cubanos del Ejército Mambí, los que destacaron por su heroica labor, pues prácticamente sin armas decidieron atacar a las tropas coloniales españolas.

Desde principios de ese año existía un ambiente insurreccional en toda la isla. El fracaso del “Plan de La Fernandina”, donde fueron incautadas las armas de las expediciones que organizaba José Martí y que servirían para reiniciar la Guerra, solo sirvió para aumentar aún más el espíritu revolucionario.

El “Plan de la Fernandina”, organizado a fines de 1894, constaba de tres expediciones, con las que se daría comienzo a la definitiva Guerra de Independencia. La primera vendría bajo el mando de los generales Antonio Maceo y Flor Crombet con unos 200 hombres en el vapor “Lagonda”, que los recogería en Costa Rica y los desembarcaría en la provincia de Oriente. Otra vendría bajo el mando de los mayores generales Carlos Roloff y Serafín Sánchez con unos 200 hombres en el vapor “Amadís”, que los recogería en Cayo Hueso y los desembarcaría en Las Villas.

La tercera expedición vendría bajo el mando del propio Martí y el mayor general Máximo Gómez, con el coronel José Mayía Rodríguez, el comandante Enrique Collazo y unos 300 hombres, en el vapor “Baracoa”, que los recogería en República Dominicana y los desembarcaría en Camagüey, en los alrededores de Santa Cruz del Sur.

El plan fue abortado antes de zarpar frustrando el trabajo organizativo de mucho tiempo, realizado en absoluto secreto por los revolucionarios cubanos. La traición de López de Queralta, quien era depositario de una parte de las armas desde hacía más de un año y estaba molesto por no haber podido lograr beneficio personal en la comisión de la última compra de armas, permitió que las autoridades norteamericanas pudieran decomisar los buques.

Ante tal situación, los jefes comprometidos dentro de la Isla, ansiosos por retornar a la manigua apremiaban al Apóstol para que firmara la orden del Alzamiento, considerando que el Gobierno colonial ya estaba en conocimiento del Plan y en cualquier momento podían caer detenidos.
24 de FEBRERO DE 1895 – GRITO DE INDEPENDENCIAJosé Martí, desde la emigración y como máximo representante del Partido Revolucionario Cubano, el 29 de enero de 1895 organiza la insurrección en Oriente, al igual que en el resto del país. Para alcanzar sus objetivos independentistas, Martí se apoyó en las figuras más cimeras de la gesta anterior, y logró vertebrar un movimiento que respondió a sus órdenes sin vacilaciones.

Martí convocó a Mayia Rodríguez, en quien Máximo Gómez había delegado su autoridad y a Enrique Collazo, que daba fe de la autoridad de éste para valorar las noticias e informes recibidos de Cuba. Una vez reunidos, coincidieron en la necesidad de impartir cuanto antes la orden de alzamiento, que fue redactada por Martí y suscrita por los tres. En ella, se autorizaba el alzamiento simultáneo en la Isla, o con la mayor simultaneidad posible, durante la segunda quincena del mes de febrero.

Esta decisión se hace llegar a Juan Gualberto Gómez para su conocimiento en todos los grupos de Occidente; y con copias para Guillermón Moncada, residente de Santiago de Cuba, Bartolomé Masó en Manzanillo, Francisco Carrillo en Remedios y al camagüeyano Salvador Cisneros Betancourt, para que alcanzara al resto de la Isla.

En su finca Colmenar de Bayate, cerca de Manzanillo, al amanecer, Bartolomé Masó izó la bandera de la estrella solitaria y estableció allí un campamento mambí. Ochenta insurrectos se alzaron en Yara y entraron, a filo de machete, en el poblado donde hicieron acopio de armas. Cerca de Bayamo se levantaríanon Joaquín Estrada Castillo, en su finca el Mogote; Esteban Tamayo con 80 hombres, en Vega de la Piña y José Manuel Capote, en San Diego, con 40 hombres armados.

En Occidente, en las cercanías del poblado matancero de Ibarra se reunió un pequeño grupo que incluía a Juan Gualberto Gómez y a Antonio López Coloma. Encabezaba este alzamiento, donde la mayoría caerían prisioneros, el General Julio Sanguily. Igual suerte correrían los levantamientos de Jagüey Grande y Aguada de Pasajeros.

Según referencias de varias fuentes documentales, aquel 24 de febrero se levantaron en armas, contra el colonialismo español, unas 35 localidades de distintas partes del país, aunque solo pudieron consolidarse los focos guerrilleros en la región oriental, sobre todo en su parte sur.

El gobierno español no consciente en un principio el verdadero alcance de esta insurrección, consideró la situación favorable al poder reducir el foco separatista de Baire. Sin embargo los rebeldes continuaron sus actividades y para el 25 de marzo Martí y Gómez, lanzarían el llamado “Manifiesto de Monte Christi”, verdadero programa del movimiento independentista.

Si para el 24 de febrero los complotados de Manzanillo, Bayamo, Jiguaní, Las Tunas y Holguín, así como el resto de la provincia acataron la orden recibida, y al grito de «¡Independencia o Muerte!» reiniciaron la lucha, antes de que finalizara el año, ya la guerra se extendía hasta el occidente del país haciendo inevitable la derrota del colonialismo español.

De nuestras Guerras de Independencia aún queda mucho por decir, pero hoy es 24 de Febrero y no puedo dejar pasar esta fecha tan importante en nuestra historia sin hacerles esta publicación. Si el grito de Yara fué el grito del alma cubana que exteriorizaba su protesta largo tiempo reprimida, Baire sería el epílogo de esta magna obra.

Recordemos las palabras de Martí:
“La patria es dicha de todos, y dolor de todos, y cielo para todos, y no feudo ni capellanía de nadie”.

CUBA EN LA MEMORIA 24/02/2016

LIBORIO

12 viernes Dic 2014

Posted by dianafernandezgonzalez in Costumbres, Cultura cubana, Curiosidades, Personajes

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Cuba, cultura visual cubana, Liborio

Publicado por Derubín Jácome

El nombre de “Liborio” está ligado a la cultura visual cubana desde los inicios de la República. Pero no solo su imagen, sino incluso la expresión que hemos escuchado con frecuencia en la voz de muchos cubanos cuando contemplan que algún criollo daña las propiedades o intereses de la nación: “lo paga Liborio”, nos demuestra cómo la figura de Liborio se mantiene presente en el léxico popular, que aun lo identifica como el símbolo de nuestro pueblo.

Liborio representaba al legítimo campesino cubano, ataviado con sombrero de yarey, guayabera blanca de hilo, pañuelo al cuello y machete al cinto. Liborio estaba siempre dispuesto a sacar su machete contra los que hacen fortuna en la política, y en el gobierno, a costa del pueblo cubano. Su imagen nunca faltaba en los carnavales, fiestas de disfraces y en los desfiles.

A finales de la primera década del pasado siglo, en las páginas del periódico “La política cómica”, dirigido por Ricardo de la Torriente, apareció este personaje humorístico conocido como “Liborio”, que representaba al pueblo cubano. Liborio siempre escucha permaneciendo sin decir una sola palabra, como una víctima en las caricaturas.

Según Adelaida de Juan, en su libro titulado “Las artes plásticas” afirma que fue el pintor y caricaturista vasco Víctor Patricio Landaluce el creador de este personaje. Landaluce llegó a Cuba, en el año 1863, cuando el país se encontraba en plena efervescencia nacionalista por las doctrinas de Varela, Saco y José de la Luz y Caballero. Es muy cierto que en su poder de observación de los verdaderos valores históricos y sobre todo en la captación de lo esencial de los tipos populares, descansa el mérito extraordinario de su obra.

No tengo dudas de que podemos citar a Landaluze, entre otros indiscutibles valores, estar entre los pioneros del “dibujo humorístico” en Cuba, cuando se dan los primeros pasos en el camino de transformar el humorismo gráfico en arte independiente. Pero considero que “Liborio”, ya como figura representativa del pueblo cubano, se debe al matancero Ricardo de la Torriente (1867-1934) que fue quien le dio nombre a este personaje y la trascendencia como símbolo. Según expresión del caricaturista cubano Juan David (1911-1981), era “la estampa viva de la frustración e impotencia nacional”.

De la Torriente, nacido en 1869, comenzó a publicar caricaturas en 1887, cuando solo contaba con 18 años, incursionando también en la realización de tiras cómicas. Concibió a Liborio con la apariencia de un sitiero socarrón, con gran bigote y largas patillas, a la usanza de la época. En muchos dibujos aparecía acompañado por un perro, sato y juguetón.

En 1897 emigra a los Estados Unidos, donde colabora en las publicaciones de los emigrantes independentistas “Cuba” y “América”. En sus dibujos aparecen las gloriosas figuras de José Martí, Antonio Maceo y otros patriotas, también la imagen del “Tío Sam”, este como símbolo de la poderosa nación del norte.

Concluida la guerra, Torriente regresa a Cuba, en plena intervención norteamericana y pronto colabora en “La Discusión”, publicando sus dibujos contra dicha intervención, y es donde comienza a perfilarse la figura de “Liborio”. Posteriormente en 1904 es que en “La Política Cómica” aparece el nombre de “Liborio” como símbolo del pueblo cubano.

El personaje creado por Torriente, apareció por primera vez en 1900 y más tarde, desde 1905 hasta 1931, en el semanario “La Política Cómica” dirigido también por Torriente.

LIBORIO

Liborio fue durante las dos primeras décadas republicanas, crítico permanente de la presencia estadounidense en la Isla. La Política Cómica desaparece en 1931, pero la figura y el nombre de aquel representante del pueblo cubano se utilizó hasta los años 50, del pasado siglo. Surgieron otras versiones más modernas de Liborio y hasta surgió “Liborito Pérez”, versión más ligera y con distinto talante: sin patillas ni bigote, de cara regordeta y sombrero mambí y guayabera criolla. Esta nueva versión de Liborio apareció también en el semanario humorístico “Zigzag” de Castor Vispo y Roseñada, que en cierta forma fue el continuador, al menos en el estilo humorístico, de La Política Cómica.

Liborio es el personaje que simboliza al pueblo de Cuba y expresó el pensar y el sentir, el decir y el sufrir del pueblo cubano. Todas las vicisitudes, penas y alegrías del pueblo en esas décadas fueron captadas por Liborio y expresadas a veces en cuartetas otras veces con sólo un gesto de su cara, ya que Liborio era un bromista un tanto satírico.

Liborio desapareció de la escena cubana como desaparecieron muchas de nuestras tradiciones, pero aún Liborio está presente entre nosotros, y eso lo hace estar en esta página. La frase de “Liborio paga”, se mantiene incluso por los que desconocen la caricatura, pero no su significado, que lo identifica como símbolo del pensar de nuestro pueblo.

Y para concluir, una de sus cuartetas:

A la puerta de la gloria
está San Pedro sentado
y ve llegar a su lado
a un hombre de cierta historia.
No consigue hacer memoria
y le pregunta con celo:
¿Quién eras allá en el suelo?
Era Liborio mi nombre.
Has sufrido mucho, hombre,
entra, te has ganado el cielo.

CUBA EN LA MEMORIA 12/12/2014

MUERTE DE ANTONIO MACEO

07 domingo Dic 2014

Posted by dianafernandezgonzalez in Fechas históricas, Personajes, Sociedad

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Cuba, Guerra independencia, Próceres cubanos

Publicado por Derubín Jácome

El 7 de diciembre de 1896, alrededor de las nueve de la mañana, llega el Mayor General Antonio Maceo, con su estado mayor, al campamento mambí ubicado en la finca “Purísima Concepción” o “Montiel”, barrio rural de San Pedro, a unos siete kilómetros al sudoeste de Punta Brava, en La Habana. No era un lugar ideal, pero estaba cercano de la localidad de Marianao, que era el objetivo de su próximo ataque nocturno.

Todos celebraron la llegada del Titán. Algunos le conocían y habían combatido a sus órdenes, pero todos estaban emocionados con su presencia, leyenda viva del independentismo, el Héroe de Baraguá, el general invicto de Peralejo y Ceja del Negro, aquel que desafiaba las balas españolas sin que ninguna detuviera su impetuosa marcha hacia la libertad de Cuba: el Titán de Bronce.

El regimiento de Santiago de las Vegas, con Juan Delgado al frente, se le había confiado la zona oeste. Los regimientos “Goicuría” y “Calixto García”, comandados por los coroneles Ricardo Sartorio y Alberto Rodríguez Acosta, eran los designados respectivamente al norte y al este del campamento para custodiar la entrada de la finca. Le presentó armas el regimiento Tiradores de Maceo, con Isidro Acea de jefe, guardianes de la posición sur suroeste. En el norte noroeste, en la intersección de caminos, se había colocado una avanzada.

A las dos de la tarde, el comandante Rodolfo Bergés, del regimiento de Juan Delgado, fue llamado por Maceo, quien le comunicó su ascenso a teniente coronel. Caminó en busca de Panchito Gómez Toro para comentárselo. Escuchó varias descargas en dirección hacia donde estaba su regimiento, consultó el reloj, eran las tres menos cinco.

De modo imperdonable, el campamento del mayor general había sido sorprendido por la guerrilla de Peral, vanguardia de una columna española al mando del comandante Cirujeda, quien llegó a neutralizar las avanzadas cubanas. La irrupción del enemigo en el campamento mambí encolerizó a Maceo, quien despertó al escuchar el estampido del fuego de los fusileros.

En la carta que envió el Dr. Zertucha, Jefe de Sanidad de las fuerzas invasoras, al mayor general Máximo Gómez, el 12 de septiembre de 1899, escribe: «… Ensilló él mismo su caballo, tarea que nunca confió a nadie, y ordenó que buscasen a un corneta que llamara a las fuerzas cubanas a concentrarse para el contraataque. Pero el corneta no apareció«…

Los jefes y oficiales pasaron de la defensa a la contraofensiva, acompañados por otros combatientes. Maceo tomó el mando. Los peninsulares sufrieron 28 bajas. En su retirada se defendieron tras una cerca de piedra que bordeaba el callejón que conducía desde Corralillo a Punta Brava. Desde allí hacían un nutrido fuego sobre las fuerzas mambisas que habían reforzado la línea de fuego y el Mayor General quiso desalojar al enemigo y obligarlos a salir hacia un potrero cercano. Esta acción fracasó y los cubanos fueron inmovilizados.

MUERTE DE ANTONIO MACEO

Maceo tuvo la alternativa de la retirada, pero se empeñó en derrotar al enemigo. Galopó hacia el lugar que podía decidir el combate para las fuerzas cubanas, cruzó el portillo que permitía el paso a un cuartón, que terminaba en una cerca de alambres que le impedía llegar a la cerca de piedras, donde se habían hecho fuertes las atemorizadas tropas enemigas.»Piquen la cerca«, exclamó. Varios jinetes se desmontaron y con sus machetes comenzaron a cortarla. «Esto va bien«, comentó, cuando una bala le penetró por el maxilar derecho, se lo fracturó en tres pedazos, y le seccionó la carótida.

El testimonio del Dr. Zertucha, citado anteriormente, relata:
«Apenas hubo acabado de decir el General Maceo las anteriores palabras, cayó por el lado izquierdo de su caballo como herido de un rayo lanzando su machete hacia adelante a considerable distancia. Tras él caí yo: lo encontré sin conocimiento; un arroyo de sangre negra salía por una herida que tenía al lado derecho de la mandíbula inferior”… “A los dos minutos a lo más tarde de ser herido, murió en mis brazos y con él cayó para siempre la bandera.»

Tras desplomarse, lo incorporaron de nuevo sobre su montura y es alcanzado entonces en el tórax por otro impacto, bala que también mata al caballo que arrastra a Maceo al suelo. Sus ayudantes trataron de sacar del lugar el cadáver de Maceo. Gravemente heridos, agotados todos los recursos, al no contar con más ayuda tuvieron que desistir.

Quienes intentaron ayudarlo resultaron heridos y otros salieron de la zona desmoronados moralmente. El cuerpo de Antonio Maceo quedó solo en aquellos matorrales batidos por la fusilería española.

Panchito, su ayudante, hijo del Generalísimo Máximo Gómez, que no participó en la acción de San Pedro por encontrarse herido, al conocer la suerte de su jefe, partió solo, con un brazo en cabestrillo y prácticamente desarmado, hacia el lugar del hecho. En un gesto supremo de devoción y lealtad fue a morir junto al General. Resultó blanco fácil de las balas enemigas, lo hirieron dos veces. Pensó suicidarse, pero quiso dejar una nota a sus padres y hermanos. No terminó de escribirla. Indefenso, lo remataron con ensañamiento los guerrilleros a machetazos.

La imagen de deshonra, deshonor militar y toda la vergüenza de consentir que el General Maceo cayera en poder del enemigo, hace al coronel Juan Delgado decir:
…“Si el cuerpo del general Maceo cae en poder del enemigo, mereceremos el anatema de cobardes de nuestros compañeros, de todos los cubanos y aun de nuestros propios enemigos. Antes que permitirlo, prefiero caer en poder del enemigo«. Y gritó: .. «El que sea cubano, el que sea patriota, el que tenga vergüenza, que me siga»…

Los 19 hombres, desafiando las balas, sin conocer el terreno donde iban a operar ni el tamaño de las fuerzas que deberían enfrentar, en una carga antológica, marcharon machete en alto al rescate de su general.

Se fraccionaron en pequeños grupos para evadir mejor el fuego y dar la sensación de ser una fuerza superior en número. Se internaron en el potrero Bobadilla. José Miguel Hernández se adelantó con el objetivo de cargar, pero se le espantó el caballo. «Aquí están», gritó. Sus compañeros se le reunieron. Hasta ese momento, solo buscaban el cuerpo del general Antonio. Allí, junto al Titán, encontraron el cadáver del capitán Francisco Gómez Toro. Atravesados en dos cabalgaduras, los cadáveres fueron retirados del potrero y transportados, ya anocheciendo, a la finca “Lombillo”.

Les colocaron bajo un cobertizo formado por algunos horcones y una parte de la techumbre de una caseta en ruinas. Allí fueron velados por más de dos horas con algunas velas de cera de confección campesina. Pasadas las nueve de la noche, se emprendió de nuevo la marcha con los dos cadáveres. Ya había convencido a los generales Miró, Pedro Díaz y Sánchez Figueras de marchar hacia una finca llamada “Cacahual”, donde residía su tía materna, Candelaria, esposa de Pedro Pérez, a quien entregó los restos de Maceo y su capitán ayudante.

Juan Delgado no permitió a los generales presenciar el enterramiento. Pérez y sus cuatro hijos escogieron un paraje escondido y solitario y allí cavaron profundamente. Colocaron en la fosa a Maceo y a Panchito. Borraron todo tipo de huellas y marcaron exactamente la posición del lugar, bajo solemne juramento de no revelar el secreto. Se desconoció dónde se hallaban los restos de los dos patriotas hasta su exhumación, en septiembre de 1899.

En este preciso lugar se levantó un Mausoleo a su memoria, con una lápida en homenaje a los 19 mambises que protagonizaron la hazaña de San Pedro, donde puede leerse la arenga de Juan Delgado: «El que sea cubano y tenga valor, que me siga».

Su más enconado enemigo, el capitán general Valeriano Weyler, al enterarse de su muerte, declaró públicamente: … “es la pérdida más grande que puede haber sufrido la revolución, porque era un hombre valiente, batallador, incansable, tenaz y resumía otras cualidades de las que carecían todos los demás caudillos”…

En esta única ocasión, los cubanos estuvieron de acuerdo con él.

CUBA EN LA MEMORIA 07/12/2014

PARQUE MONUMENTO ANTONIO MACEO

06 sábado Dic 2014

Posted by dianafernandezgonzalez in Personajes, Urbanismo y Arquitectura

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calles Cuba, Cuba, Parques cubanos

Publicado por Derubín Jácome

Mañana, 7 de Diciembre, se conmemora un aniversario más de la caída en combate de Antonio Maceo, el “Titán de Bronce”, en la lucha por la liberación de Cuba del yugo español. En esta publicación solo les comentaré sobre uno de los monumentos erigidos en la memoria de este patriota santiaguero, general cubano, segundo Jefe Militar del Ejército Libertador de Cuba y uno de los líderes independentistas más destacados de la segunda mitad del siglo XIX en América Latina.

El monumento se encuentra en el Malecón habanero, en un parque de 400 metros de largo y 60 de ancho, ubicado entre las calles Marina y Belascoaín. Esta zona, hasta que se construye el torreón de San Lázaro a mediados del siglo XVII, era solo una playa desierta, pero con el crecimiento de la ciudad para mediados del siguiente siglo adquiere importancia y se edifica el “Hospital de San Lázaro” y en 1794 se inaugura la “Casa de Beneficiencia”. En 1910, en la esquina de Belascoain y San Lázaro, se construye la “Secretaría de Sanidad y Beneficiencia”, lo que después fuera el “Hotel Manhattan”.

Esta explanada fue sede de la “Batería de la Reina o San Lázaro”, construida entre los años 1856 y 1861. Era una plaza circular de grandes proporciones, con una batería frente al mar y múltiples alojamientos para la guarnición de 250 hombres y 44 piezas.

A principios del siglo XX comienza a extenderse el Malecón hacia esta zona y la Batería es demolida, destinándose esta área para la construcción del parque monumento a nuestro Titán de Bronce, según ley dictada el 26 de febrero de 1910. El 2 de febrero de 1911 se convoca el concurso para seleccionar el mejor proyecto del monumento, siendo otorgada su ejecución al escultor italiano Domenico Boni y el diseño al arquitecto Francisco Centurión.

PARQUE MONUMENTO ANTONIO MACEO

El monumento es un conjunto escultórico de gran belleza. En la superficie de su plataforma aparecen grandes figuras que representan la acción, el pensamiento, la justicia y la ley. Al frente del zócalo un relieve de Mariana Grajales, madre de Maceo, haciendo jurar a sus hijos fidelidad a la Patria y en la posterior se simboliza la Batalla de Peralejo. Alrededor del fuste cuatro grandes relieves alusivos a las hazañas del General Antonio Maceo en Mangos de Mejías, Baragüá, Cacarajícara, y La Indiana. También se distinguen el escudo Nacional y el de la Ciudad de la Habana.

Remata el Monumento la estatua ecuestre en bronce y base de granito de Antonio Maceo, con su uniforme militar y machete en mano en actitud de arengar a sus soldados a lanzarse al combate. Con la otra mano sostiene las bridas del corcel. La figura está de espaldas al mar, atendiendo a una regla escultórica que regula su posición. Se pone de frente al mar si se trata de un extranjero y de frente a la tierra si es alguien nativo del país.

En el proyecto de la escultura original, Antonio Maceo estaba representado a galope sobre un grupo de agresivas bayonetas, pero los miembros de la comisión del concurso, consideraron que esto podría generar una dificultad para la compenetración y el mutuo amor de españoles y cubanos, por lo que propusieron cambiarla. El pedestal sobre el que finalmente fue colocada, tampoco figuraba en el boceto original.

El 20 de mayo de 1916 se inauguró el monumento, pero el parque quedó sin construirse. No es hasta 1925 que, sobre la base del proyecto del arquitecto Francisco Centurión, se decide remediar su estado de abandono, y ante las protestas de muchos, entre ellas la de Emilio Roig, desde las páginas de la revista Carteles se hace un llamado a la conciencia de los gobernantes, en especial al que fuera Secretario de Obras Públicas, Carlos Miguel de Céspedes, para que se haga un parque como Maceo se merece.

De este modo se consigue eliminar algunos elementos decorativos innecesarios, como tinajones y figuras de ranas, los que son retirados. Se le adiciona una portada funeraria, que había sido realizada para el cementerio de Cienfuegos, pero al no haber sido pagada por el ayuntamiento de dicha ciudad, es cedida al parque por el contratista. Su fuente luminosa, una simple taza de cemento, es sustituida por una de piedra. En 1938, de nuevo Emilio Roig, desde la revista Carteles, reitera su protesta y logra se retire la pérgola construida en el parque.

Es en 1960, que el parque es objeto de una remodelación capital, aumentando además su área a treinta mil metros cuadrados. Más recientemente se realizaron algunas reparaciones y se le rodeó, inexplicablemente, de una cerca de metal que limita el acceso libre al mismo.

CUBA EN LA MEMORIA 06/12/2014

DIEGO GRILLO – PRIMER PIRATA CUBANO

12 miércoles Sep 2012

Posted by Derubin Jacome in CUBA EN LA MEMORIA, Curiosidades, Personajes

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pirata

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Diego Grillo fue un famoso pirata, que llevó a cabo sangrientas batallas en América durante los siglos XVI y XVII, conocido popularmente por ser el primer pirata Cubano, pasó a la historia como el pirata negro.

Para hablar de este pirata, nos remontamos al último cuarto del siglo XVI, cuando un conquistador español que se dirigía a Tierra Firme (la actual Venezuela) conoce a una bella esclava africana. De esta unión nace un niño llamado Diego Grillo, nacido alrededor de 1550, en La Habana. Fue criado en un entorno hostil, ya que nace esclavo. Cuando tenía trece años escapa de su destino y huye del cautiverio. Se une a unos bucaneros españoles que comercian en el litoral antillano, con los que adquiere grandes habilidades como marinero.

Pero en 1572, su vida vuelve a cambiar cuando es capturado en Isla de Pinos por el pirata Francis Darke, el cual ve al joven con un gran carisma, audacia y espíritu aventurero, y termina tomándolo bajo su tutela y llevándolo consigo a Inglaterra. Una vez allí, nuestro protagonista es militado por ingleses, y a sus 22 años ya es un ilustre marinero para sus Reyes, los cuales le dispersan innumerables honores por sus servicios.

Unos años después, vuelve al Caribe en una expedición como segundo al mando, capitaneada Drake, el cual, al poco tiempo muere, lo que convierte a Grillo en capitán (1595).

Tras esta expedición, se alejó de las aventuras del océano, que le habían dado tanto oro y fama. Pero tras ese descanso Diego vuelve a las Antillas acompañado por Cornelio Jols, uno de los más grandes y conocidos piratas de la historia. Juntos comienzan una sangrienta etapa en la que atacan a navíos españoles, de los cuales no hacen esclavos, ya que mataron a todos sus tripulantes. Llegan incluso a capturar un convoy de once naves, lo que para cualquier otro pirata hubiera sido motivo de retiro para disfrutar las riquezas del botín.

Pero Diego Grillo dio un último golpe: En 1619 planificó y llevó a cabo en la bahía de Nuevitas (refugio de los barcos que se dirigían a España cargados de oro), el asalto a un convoy de seis fragatas, batalla de la que salió exitoso.

Después, de aquel acontecimiento, no se supo más de él, pero al parecer el botín fue de tan grandes magnitudes que el pirata negro decidió desaparecer del mapa y dejar tras él, el sello que lo identifica como uno de los más grandes piratas que existió.
A pesar de ser terriblemente sanguinario, esto no afectó su trato como todo un caballero con las mujeres del vencido y lo demuestra lo acontecido con la viuda del Gobernador de Campeche, Doña Isabel de Caraveo. Después de haber saqueado aquella villa y para evitar los ultrajes a que estaba expuesta la española por los demás piratas, Diego le colocó una guardia personal con un cuidado especial y la puso en tierra sana y salva, cerca de Campeche.

El más mítico de los piratas cubanos, saqueó además Veracruz, Cartagena y siempre asedió La Habana, aunque cada vez que la asaltaba lo hacía para visitar y besar a su anciana madre, negra liberta, y acariciar algún amor no olvidado

Otros datos que pudieran resultar de interés, son la existencia de un cayo de Diego en la costa septentrional de Pinar del Río, que recuerda a Diego Grillo, quien durante muchos años mantuvo su acción por aquellas tierras y hasta un establecimiento nocturno en Cayo Largo del Sur lleva el nombre del mítico pirata.

Nota:
El creador de la bandera que identifica a un barco pirata (“la bandera de Jack el Calicó”), nombre por el cual era conocido por el colorido de sus ropajes, se llamaba Jack Rackham. Fue un pirata inglés, famoso por llevar en su navío a dos mujeres: Anne Bonny y Mary Read. Fue ahorcado en 1720.

LINDBERGH VUELA CON MACHADO ( 1928 )

10 lunes Sep 2012

Posted by Derubin Jacome in CUBA EN LA MEMORIA, Curiosidades, Deportes, Personajes

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El 8 de febrero de 1928, coincidiendo con la Conferencia de Cancilleres de La Habana, llegó el aviador en su célebre avión Spirit of St. Louis a la capital cubana. Ese día fue declarado “El día de Lindbergh” y comenzaron unas jornadas de homenajes y festejos en su honor, siendo aclamado por nuestro pueblo en la Terraza Norte del Palacio, condecorado por el Presidente e invitado de honor de numerosas instituciones culturales y científicas.

El 12 de febrero de 1928, Lindbergh invitó al presidente Gerardo Machado a sobrevolar La Habana utilizando un trimotor de la Pan American Airways que diariamente transportaba la correspondencia entre Cayo Hueso y La Habana. La aeronave contaba con 12 asientos y fue preparada y engalanada para acoger al mandatario cubano, uno de los primeros gobernantes en volar en avión.

Al día siguiente el piloto partió para su país. En el fuselaje de su avión había pintado la bandera cubana junto a otras que recordaban los países que había visitado.

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