Etiquetas
¿Quién no recuerda la canción infantil que dice “Un chino cayó en un pozo, las tripas se hicieron agua”? Pues sepa que en la etapa en que los chinos en Cuba eran sometidos a condiciones tan terribles de explotación, casi de esclavitud, muchos no las soportaron y ante el fracaso, se realizaron suicidios colectivos lanzándose en pozos… hecho que se recoge
ingenuamente en esa canción…
Pero este no es el tema que ahora nos atañe, aunque tenga relación también con los chinos. Vayamos de nuevo a los “vicios”…
Además de los billetes de lotería, también existía la “bolita” o “charada” de inspiración china. Juegos de azar que formaban parte de la cultura del cubano. Sobre todo los más pobres, que se ilusionaban con un golpe de suerte y forrarse de plata para salir de la indigencia.
Los dos productos complementarios y sucedáneos de la lotería son en Cuba la charada y la bolita. La primera tiene un origen diferente y propio. Pero la bolita es algo así como una hija adoptiva de la Lotería.
Una estadística de 1957 de lo que invertían los cubanos todos los años en billetes de lotería, versos de la charada y centenas y terminales de la bolita, apunta una cifra fluctuante entre los $90 y los $100 millones. ¿En qué consistían estos juegos?
LA CHARADA :
Los chinos introducidos en Cuba como colonos a mediados del siglo XIX ( ya sobre esto hemos publicado) se dice que fueron los que expandieron el juego del “paco pío” y el “cheffá”, luego llamado “charada”. Esta última es una palabra de origen francés y viene a ser como un tipo de adivinanza.
De donde resulta que la charada, aplicada al juego, es una adivinanza que teóricamente da la pista de un número guardado en un sobre y que se cuelga a la vista de los participantes. El simbolismo cabalístico de la charada comprende varios animales o “bichos”, a cada uno de los cuales corresponde un número. Por eso, cuando el sobre con el número premiado aún no ha sido abierto, se decía que “el bicho está colgao.
¿Cómo se jugaba entonces a la charada? ¿Cuándo se tira? ¿Qué se gana?
Se tiraba—en diversos lugares— dos veces al día: por la tarde y por la noche. Se jugaba por “cuartillos” (tres centavos o dos números por un medio) que ganan, cuando sale el número, $1.50 aunque el público a veces sólo recibe como pago $1.40.
La tirada se efectúa una o dos horas antes de la bolita, para dar chance a los jugadores a efectuar un “pase” a esta última. Digamos que el verso era “una niña que todo lo brinda”, y que hay un feliz mortal que engrampa el 16 con un cuartillo. Entonces, su premio ($1.40) o parte de éste, previo acuerdo con el intermediario del banco de apuntación queda automáticamente invertido en un número de la bolita.
EL PARLÉ
El juego de la bolita necesitaba un impulso renovador, y las bancas lograron algo en tal sentido al introducir el “parlé”.
La nueva forma convirtió la bolita en un instrumento que probó su flexibilidad sobre la charada, enquistada en los tipos tradicionales. Claro que la charada mantiene su público, porque le da más oportunidades de ganar al jugador, aunque los premios sean inferiores.
En la charada hay usualmente treinta y seis números, y luego de una tirada varios de ellos pueden quedar “presos”, de manera que se les elimina en el próximo sorteo y el número de probabilidades de acertar se incrementa.
En la bolita hay mil números. Pero se puede jugar a un “fijo” o a un “corrido”, a una “centena” o a un “terminal”, o a varios de ellos al mismo tiempo.
Una moneda de cinco centavos, un “medio”, fijo a la centena gana veinte pesos, si sale. Y el “medio”, corrido cinco pesos.
Fijo es el número que sale en la primera bolita. Corrido cualquiera de los otros dos.
Todavía hoy muchos cubanos juegan la Charada en la isla. Sin SMS, ni Twitter, la gente se las arregla para conocer estos y otros asuntos que le interesan. La peculiar forma de comunicarse pasa inadvertida para un extraño o un policía. Ahora no hay tantas reservas. Amaro, un hombre que entre la bolita y el ron bota su dinero, cada noche en la pared de una tienda en la Calzada 10 de Octubre, apunta con tiza los números que salieron.
Y volviendo de nuevo a los chinos…
Son muchas las aportaciones de los chinos en el crisol de culturas que es Cuba. Hay pruebas suficientes que con negras y mulatas dieron una descendencia de belleza espectacular… además de la famosa Pomada China y el mítico Médico Chino, al que de seguro dedicaremos una publicación. Pero por ahora dejemos a los chinos…
Pingback: Pushing Your Luck in Cuba | Here is Havana