Publicado por Derubín Jácome
La pelota vasca (en euskera: pilota) fue llevada a Cuba por los vascos en el año 1898. Comenzó a jugarse en La Habana y se le atribuye a Tomás Mazzantini el proyecto de establecerla en Cuba. Sin olvidar la importancia de Rufino Osoro, que sería quien solicitara el permiso para oficializarla en la isla, ni a Basilio Zarrasqueta, que sustituyó a Rufino Osoro y fue el promotor más entusiasta de este deporte en nuestra isla .
A estos tres hombres, debemos el conocimiento de este deporte, perfeccionado en las provincias vascongadas, pero cuya historia y nombre data desde épocas muy remotas.
Ellos, no sin esfuerzo, consiguen la concesión de la manzana de terreno comprendida entre las calles de Concordia, Lucena, Virtudes y Marqués González, propiedad del Municipio que tenía destinada a depósito de materiales. La obra que se proponían requería para su construcción de un presupuesto muy alto, pero con sus esfuerzos lograron que muchos le dieran apoyo.
Entre ellos, D. Ignacio Nazábal, D. Segundo Méndez, D. Augusto Lezama y D. Juan Francisco Uribarri, que unidos a Zarrasqueta lograron que pocos meses después, el 7 de mayo de 1901, naciera el primer templo de pelota vasca destinado al juego, a la usanza vasca, de cesta a punta: el “Frontón Jai-Alai de la Habana”. En su inauguración se escuchó, por vez primera en la isla, las notas del himno inmortal de José María Iparraguirre “Gernikako arbola”, junto a las de nuestro Himno Nacional. La obra no tardó mucho tiempo en ganarse el nombre de »El Palacio de los Gritos».
La primera directiva del Fronton Jai Alai fue seleccionada entre representantes de la banca y el comercio. El primer cuadro de pelotaris que inauguró la cancha del “Frontón Jai-Alai de la Habana” fué contratado por el señor Rufino Osoro. Por primera vez pisaron la cancha habanera los delanteros y “zagueros” San Juan, Lavaca, Juan Rincón (Navarrete), Oyarzun y Elícegui. Zagueros son los jugadores que se colocan detrás.
En Cuba este deporte se arraigó con firmeza, aunque tuvo momentos de alza y de bajas. En 1912 vence el plazo concedido por el Municipio de la Habana a la “Empresa Frontón Jai-Alai” y el edificio de Concordia y Lucena enmudeció por largos años, aunque durante ese tiempo no faltaron gestiones y muchos esfuerzos porque abriera nuevamente sus puertas.
El semanario «La Cancha Habanera» fue la primera revista que se publicó en defensa del deporte vasco. Su primer número vio la luz el domingo 16 de noviembre de 1902. Fundada por los señores Domingo Asencio y Mirelles y Manuel Roces. Muy poco después surgieron otras revistas sobre pelota vasca, tales como «El Beti-Jai», «El Pelotari», «La Pelota de la Habana» y «Fiesta Alegre», estas últimas de los periodistas Atanasio Rivero, Eulogio Diaz Miranda y Fernando Rivero.
A los asistentes a los juegos, en aquella época, le llamaban la atención no solo los pelotaris con su indumentaria compuesta por boina roja, saco blanco y pantalón negro, sino también los “corredores” de apuestas que se destacaban con sus movimientos en la contracancha, por su ir y venir, por su vocear continuo y por su agilidad y mente despejada en hacer las apuestas cruzadas. Los corredores eran necesarios para la defensa del dinero público, pues ellos representan las garantías por respaldados por las empresas que los había nombrado. En una época en que el transporte público era aún tirado por caballos, La Habana comenzó a ser el centro de un deporte cada vez más lucrativo, gracias a las crecientes apuestas.
Finalmente el día 12 de Agosto de 1919, se aprueba la llamada “Ley del Fomento del Turismo”, votada por el Congreso y firmada por el entonces Presidente de la República, el Mayor General Mario G. Menocal. Gracias al amparo de esta ley, Elicio Arguelles vuelve a establecer el juego vasco de pelota en Cuba.
Por tal motivo se erigen dos nuevos frontones. Uno en Cienfuegos, el 13 de noviembre de 1920, también con el nombre de “Jai-alai”, que significa “fiesta alegre”, y otro en la Habana con el nombre de «Frontón Nuevo», inaugurado el 28 de enero de 1921. Basilio Zarrasqueta es nombrado administrador de la “Empresa Frontón Jai-Alai”.
En la noche del sábado 11 de Mayo quedó inaugurada la primera temporada del deporte vasco en su segunda etapa en La Habana. Esa noche jugaron el primer partido Higinio y Egozcue. El segundo partido, Eguiluz y Altamira teniendo de contrarios a Cazali mayor y Arnedillo. Eguiluz, cubano de nacimiento, era la estrella, que en la nueva constelación deportiva, se presentaba al público habanero.
En poco tiempo, por el Palacio de los Gritos comenzaron a desfilar jugadores de fama mundial. Las temporadas comenzaban el primer domingo de octubre y terminaban el 20 de junio. Después de esa fecha todos los pelotaris, corredores de apuestas y catedráticos de tan fascinante juego, regresaban a la península con los bolsillos llenos de dinero.
Pero otro frontón fue considerado también como uno de los atractivos que contaba La Habana en aquella misma época: el Frontón «Habana-Madrid». Construido para el juego de otro deporte y además con la diferencia de que era practicado por mujeres perfectamente entrenadas, en el manejo de la raqueta.
La acertada iniciativa que dio lugar a implantar este nuevo deporte en Cuba, se debió en primer término al señor Panchito del Barrio, que en unión de los señores Aurelio Vázquez, Fernando Serafín y Ángel del Cerro obtuvieron la autorización correspondiente para su implantación y funcionamiento.
La inauguración del “Habana Madrid” tuvo lugar el 13 de Octubre de 1922, una vez concluida la construcción de un edificio apropiado, con armazón de acero y ladrillos, y con una cancha de treinta y cuatro metros de largo por nueve y medio de ancho.
En dicha inauguración figuraron diez y siete “señoritas pelotaris”, que…“viven dentro del mismo edificio bajo el cuidado de familiares de respetabilidad, y sólo salen de paseo o a diligencias acompañadas de señoras que están a su cuidado, evitándose de esta suerte se maleen con tratos que a su buen nombre y al de la empresa pudiesen ser perjudiciales”… Ante todo el honor y la moral.
Pero el Jai Alai, por su entorno marcado por las apuestas, fue eliminado después de 1959. Desapareció la tradición… y la mayoría de los pelotaris, corredores de apuestas y se trasladaron a la Florida para darle continuidad a una tradición que, sin dudas, había sido patrimonio de la República.
No quiero concluir sin nombrar al famoso cestapuntista cubano José Antonio Martínez Díaz (“Frias”). Nacido el 5 de noviembre de 1927 en La Habana y fallecido este mismo año. Jugó en los mejores frontones del mundo, y consiguió varios premios durante su larga trayectoria, como el del Torneo Diamond Doubles, con Isasa; el de World Doubles, con Careaga, Egurbide y Javier…
Sin dudas fue uno de los mejores pelotaris de su época y muchos aficionados del País Vasco aún recuerdan a «aquel cubano, alto y moreno que jugaba los grandes partidos de la época junto a Txutxo Larrañaga, Txurruka y todo el elenco de grandes puntistas de la época…»
En este deporte también tuvimos nuestras estrellas.
CUBA EN LA MEMORIA 10/03/2016